Por Alejandro González La Opinión
Un alto ejecutivo vinculado al gigante energético ruso Gazprom fue encontrado muerto en la piscina de su mansión.
El multimillonario Yuri Voronov, de 61 años, es el último millonario ruso en morir en circunstancias misteriosas recientemente.
Voronov era el jefe de una empresa de transporte y logística que tenía contratos lucrativos con el gigante del gas en el Ártico.
Desde principios de año, cuatro jefes de la industria del gas y un alto ejecutivo médico han muerto en circunstancias misteriosas.
El cuerpo de Voronov, que presentaba una herida de bala en la cabeza a quemarropa, fue encontrado en la piscina de su mansión en un pueblo de élite cerca de San Petersburgo.
Cerca se encontró una pistola semiautomática Grand Power, mientras que en el fondo de la piscina se ubicaron “varios cartuchos gastados”.
El Comité de Investigación de Rusia está investigando su muerte, que inicialmente vinculó a “una pelea con socios”.
El empresario temía haber “perdido mucho dinero”.
Las cámaras de seguridad no detectaron visitantes en su casa en la región de Leningrado.
Dos muertes más de ejecutivos vinculados a Gazprom reportadas anteriormente en hogares de élite cerca de San Petersburgo han despertado sospechas de que estos aparentes suicidios pueden haber sido asesinatos.
Alexander Tyulakov, de 61 años, un alto funcionario financiero y de seguridad de Gazprom a nivel de director general adjunto, fue descubierto por su amante el día después de que comenzara la guerra en Ucrania en febrero.
Tyulakov colgaba de una soga, sin embargo, los informes dicen que lo golpearon brutalmente poco antes de que “se quitara la vida”, lo que lleva a especular que estaba bajo una intensa presión.
Tres semanas antes, en la misma urbanización cerrada de élite rusa Leninsky en la región de Leningrado, Leonid Shulman, de 60 años, jefe de transporte de Gazprom Invest, fue encontrado muerto con múltiples puñaladas en un charco de sangre en el piso de su baño.
El multimillonario Alexander Subbotin, de 43 años, un ex alto gerente del gigante energético Lukoil, amigo del Kremlin, y propietario de una compañía naviera, fue encontrado muerto en mayo después de “tomar el consejo de los chamanes”.
Una teoría es que fue envenenado con veneno de sapo que provocó un ataque al corazón.
En otros casos, en abril, el rico Vladislav Avayev, de 51 años, ex funcionario del Kremlin, aparentemente se quitó la vida después de matar a su esposa Yelena, de 47 años, y a su hija, de 13.
Tenía vínculos de alto nivel con la principal institución financiera rusa Gazprombank.
Los amigos han cuestionado los informes de que estaba celoso después de que su esposa admitió que estaba embarazada de su conductor.
Hay afirmaciones de que tuvo acceso a los secretos financieros de la élite del Kremlin.
Varios días después, el multimillonario Sergey Protosenya, de 55 años, fue encontrado ahorcado en España, luego de que aparentemente matara con un hacha a su esposa Natalia, de 53 años, y a su hija adolescente, María.
Fue vicepresidente de Novatek, empresa también muy vinculada al Kremlin.
Al igual que con Avayev, se sugiere que esto pudo haber sido un asesinato hecho para parecer un asesinato-suicidio.
La semana pasada, un multimillonario, que había hecho su fortuna con su imperio de telefonía móvil, y su esposa, fueron encontrados muertos a puñaladas en otro caso que levantó sospechas.
Yevgeny Palant, de 47 años, desnudo, y su esposa Olga, de 50, ambos nacidos en Ucrania, fueron encontrados con múltiples heridas de arma blanca por su hija Polina, de 20 años.
Un informe inmediato a los medios afirmó que la mujer se quitó la vida en un ataque de celos después de que Palant dijo que la dejaría.
Esto fue fuertemente cuestionado por el mejor amigo de la pareja.
