Ciudad de Guatemala, 24 septiembre (Diestra).- La justicia tardó pero llegó. El 20 de septiembre de 2009 César Augusto González Jiménez llegó a una casa de una comunidad del departamento guatemalteco de Jalapa y le dio muerte a 7 personas.
Pasaron 15 años pero la Fiscalía de Distrito de Jalapa logró que González Jiménez fuera condenado a 345 años de prisión tras ser hallado culpable de los siete crímenes y un asesinato en grado de tentativa.
Por cada asesinato, el Tribunal de Sentencia Penal de Jalapa lo condenó a 45 años de prisión inconmutables y a 30 años más por el delito restante, para totalizar la pena.
La madrugada del 20 de septiembre de 2009, González Jiménez, acompañado de otras personas, llegó a la casa de Víctor González Aguilar, ubicada en el caserío Santa María, aldea La Fuente, de la cabecera departamental.
Él y sus cómplices lanzaron al interior de la vivienda una granada de fragmentación y luego ingresaron y atacaron a la familia con armas blancas. Posteriormente, prendieron fuego a tres de las víctimas, dijo el Ministerio Público (MP). Fotografía archivo DCA
