MIAMI.- Cada 4 de julio, cuando Estados Unidos celebra su independencia, muchos pensamos en cómo celebrar el día feriado sin prestar mucha atención al curso de la historia que nos permite ser libres hoy.

“La independencia de Estados Unidos se fundó sobre un conjunto de ideas que se pusieron a prueba durante la Revolución Americana”, reza el portal cibernético de la Biblioteca del Congreso.

“Conceptos muy puntuales como la igualdad y los derechos fundamentales de libertad”, subraya.

La historia relata que muchos entonces estuvieron de acuerdo con esas ideas, pero otros creyeron que la ideología era mucho más aceptable en abstracto que en la práctica, como continúa sucediendo hoy.

En efecto, a lo largo de la década de 1760 y principios de la de 1770, los colonos estadounidenses, descendientes mayormente de británicos, se encontraron cada vez más en desacuerdo con las políticas imperiales de la corona británica con respecto a los impuestos y la política fronteriza. Cuando estalló la lucha entre los colonos estadounidenses y las fuerzas británicas en Massachusetts, el Congreso Continental buscó la forma de enfrentar a las fuerzas colonialistas y comenzó la revolución americana.

Revolución

De hecho, la confrontación militar estalló el 18 de abril de 1775 cuando “un grupo de soldados británicos, que viajaba de Boston a Concord para confiscar municiones, disparó contra un grupo de milicianos criollos, haciendo así saltar la chispa que dio comienzo a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos”, señaló la historiadora Ana Barrio.

Representantes de las 13 colonias británicas, que entonces ocupaban la costa atlántica, desde Georgia hasta la antigua Massachusetts, se reunieron en Filadelfia, bajo la dirección de Benjamin Franklin, Thomas Jefferson y John Adams para discutir los pormenores del documento Declaración de Independencia.

De esta manera, surgió la Declaración de Independencia. El 4 de julio de 1776 representantes de las 13 colonias acudieron a Filadelfia para firmar el manuscrito y de esta manera quedaron proclamados los principios básicos de libertad e igualdad, que fueron mejorados a medida que nación estadounidense avanzó.

La histórica declaración, que tuvo lugar en la antigua legislatura de Pennsylvania, que hoy conocemos como Independence Hall, fue reproducida por el pintor John Trumbull en un gran lienzo que hoy cuelga en la rotonda del Capitolio nacional en Washington D.C.

Mientras la Declaración de Independencia era asumida, la lucha contra la ocupación británica continuaba en el frente de batalla.

“El conflicto se desarrolló en forma de guerra de guerrillas hasta octubre de 1777, momento en el que las tropas británicas se vieron obligadas a rendirse tras la Batalla de Saratoga, en el estado de Nueva York”, recordó la historiadora.

Fue entonces cuando Francia y España, que se encontraban en conflicto con Inglaterra, “vieron una oportunidad para resarcirse. En febrero de 1778 Francia entró formalmente en la guerra (de Independencia de las Trece Colonias) y España comenzó a colaborar con los independentistas enviando dinero y armamento”.

Cuenta la historia que la batalla final por la Independencia tuvo lugar el 19 de octubre de 1781 en Yorktown, en el estado de Virginia, donde las tropas independentistas fueron secundadas por las francesas, en su afán por combatir a los ingleses.

Dirigidos por el general estadounidense George Washington, que más tarde fue elegido primer presidente del país, las tropas se dirigieron a Nueva York, luego de debilitar la presencia militar británica en la zona.

Tras la captura de unos 8.000 soldados británicos y el debilitamiento moral del ejército colonial, Gran Bretaña y los fundadores de la Unión Americana llegaron a un acuerdo estratégico que condujo a la independencia y la fundación de los Estados Unidos de América.

Creación de la nación

La autonomía definitiva no fue reconocida por Londres hasta el 3 de septiembre de 1783, cuando el Imperio británico aceptó la separación de las 13 colonias y firmó el Tratado de París.

Por otra parte, la estructura de Gobierno y la ruta a seguir para establecer la nueva nación tuvo la creación de la ley fundamental, que hoy es la Constitución nacional vigente más antigua en el mundo, el 17 de septiembre de 1787, que fue ratificada por el pueblo a través de convenciones realizadas en cada estado y finalmente fue adoptada el 4 de marzo de 1789.

Entretanto, el territorio de la nación estadounidense, que tiene su base en las 13 colonias, creció con la compra de Luisiana a Francia en 1803 y la rebelión de los colonos estadounidenses en Texas, que conllevó a la intervención militar en el norte del antiguo México en 1848 y la adjudicación de territorios, incluyendo a California.

Con el curso de los años, Estados Unidos de América se convirtió en una poderosa nación, sobre la base de la Revolución Industrial y las grandes inmigraciones que persistes en nuestros días.

“Hoy miramos atrás y valoramos los grandes logros que hemos forjado como nación”, señaló el profesor de historia Michael Robinson, de Harvard University. “Y nos damos cuenta de lo mucho que tenemos que hacer aún para mantener el equilibrio indispensable de poderes que nos ha hecho grandes”, resaltó.

Bastión de libertades, aplaudida e incluso emulada, no son pocos los que opinan que no hay otro lugar en el mundo que sea capaz de reponerse como Estados Unidos.