MIAMI.- Aviones israelíes bombardearon varios edificios al sur de Beirut, la capital libanesa, donde se encontraba la sede central subterránea de la milicia terrorista Hezbolá, y acabaron con la vida del máximo líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, entre otros líderes.

Hassan Nasrallah ascendió al liderazgo después de que Israel eliminara a Abbas al-Musawi en 1992. Este fue el hombre que amplió el poder militar y político de Hezbollah, consolidando su papel en asuntos internos del Líbano y ataques a Israel.

El teniente coronel Nadav Shoshani, portavoz del Ejército israelí, afirmó que el ataque aéreo se basó en años de seguimiento de Nasrallah junto con «información en tiempo real» que lo hizo viable. Y señaló que la muerte de Nasrallah fue confirmada por medio de inteligencia, pero se negó a dar más detalles.

De hecho, Hezbolá confirmó la muerte de Hassan Nasrallah en el ataque aéreo israelí contra la sede subterránea de la organización cerca de Beirut, horas después de que Israel dijera que fue eliminado.

«Su eminencia Sayyed Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolá, se ha unido a sus grandes e inmortales camaradas mártires que han liderado su camino durante casi 30 años», reconoció la milicia terrorista en un comunicado que fue publicado por Islamic Republic News Agency de Irán.

Los ataques aéreos se produjeron poco después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunciara un fuerte discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, defendiendo la gestión militar de Israel en Gaza y Líbano como “única solución a la supervivencia” del país hebreo, en el que anunció que el Ejército seguirá luchando a pesar de los llamamientos internacionales a un alto el fuego.

“Israel está cruzando las líneas rojas de Teherán y la situación se está volviendo grave”, declaró Ali Larijani, asesor del líder supremo de Irán, Ali Khamenei, a la televisión estatal iraní IRIB.

Las «muertes no resolverán el problema de Israel. Con muerte de los líderes de la ‘resistencia’, otros ocuparán su lugar», añadió.

En una publicación en redes sociales, la embajada iraní en el Líbano calificó el ataque como «un crimen reprensible y un comportamiento imprudente» que constituyen «una peligrosa escalada que cambia las reglas del juego».

Un par de horas antes, el ejército israelí envió advertencias a la gente que se encontraba en la zona, advirtiendo que se encontraban en “un área de objetivos de Hezbolá”.

Horas después, una cifra aún indeterminada de proyectiles fue disparada desde Líbano hacia el norte de Israel, algunos, según reportes de prensa, alcanzaron las cercanías de la milenaria ciudad israelí de Sefad.

Entretanto, Irán solicita una reunión “urgente” del Consejo de Seguridad de la ONU.

Mojtaba Amani, embajador de Irán en el Líbano, que tenía un bíper de Hezbolá, resultó levemente herido la semana pasada cuando explotaron miles de dispositivos inalámbricos pertenecientes a miembros de Hezbolá.