Fue así como se llevó a cabo la novena edición de Hugs Not Walls o brazos, No Muros, evento copatrocinado por la Alianza Reforma Migratoria para Texas (RITA, por sus siglas en inglés) y el Centro de Trabajadores Agrícolas Fronterizos.
Con “Abrazos, No Muros” los participantes protestan para pedir una reforma migratoria, señala la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR).
“Nuestro sistema fronterizo y de inmigración continúa devastando familias cada año, deportando a miles de migrantes vulnerables, muchos de los cuales han vivido en los Estados Unidos durante años y han criado a sus familias aquí. Y con la creciente narrativa supremacista blanca y las prácticas racistas fronterizas que sólo buscan causar violencia y demonizar a las personas que simplemente quieren vivir con respeto y dignidad, es de suma importancia presionar a nuestro gobierno para que actúe”, expresó Fernando García, director ejecutivo de BNHR.
Familias provenientes de California, Colorado, Michigan, Utah y otras áreas de Texas como Austin, Dallas y Wichita se congregaron en El Paso, donde la procesión hasta la frontera sur inició alrededor de las 8:30 horas.
“Abrazos, No muros” le dio la oportunidad a niños, madres, padres, hermanos, hermanas, tías y tíos para verse, tocarse y abrazarse durante unos minutos tras una larga espera de años.
Pese a los instantes de unión y amor vividos durante unos instantes, este evento es un reflejo del drama migratorio de la región que vive un flujo de migrantes récord hacia Estados Unidos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) ha interceptado a más de 2.15 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022, de los cuales, más de una cuarta parte son mexicanos.