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viernes, marzo 29, 2024

EL COMUNISMO Y SU FALACIA POR LOS POBRES

Ariel Montoya

Debe reconocerse que desde los albores de la humanidad esta ha padecido injusticias, desgracias humanas y miseria social, como producto de un variable proceso de desarrollo social, científico, antropológico, mental y cultural.

 Debemos estar claros que los abusos de viejos imperios,  monarquías, reinados de la edad Media, del Feudalismo y de los albores del capitalismo, dejaron graves secuelas inhumanas, sistemas de trabajo oprobiosos e injustos, privilegiando en gran medida a determinados sectores en torno a los diversos juegos de trono  de dichos períodos.

Pero también hay que hacer la salvedad de que siempre han existido intentos reivindicativos por un sistema de justicia y oportunidades en cada periodo, los cuales han sido también marcados por personajes grandiosos como Jesucristo que establece inmensos parangones en la civilización universal; asi como también pensadores humanistas grandes como el escoses Adan Smith, economista y filósofo, uno de los más grandes exponentes de la economía clásica y humana en beneficio de la humanidad desde la empatía y la implantación de oportunidades para todos mediante  la generación de riquezas a través del  mercado para la prosperidad y felicidad de las naciones, antes incluso que naciera el alemán Carlos Marx y mucho antes de la aplicación de las fallidas teorías de este llevadas  a la política por Vladimir Lenin en Rusia, desde entonces el mundo ha andado muy mal.

Adan Smith, el padre del liberalismo económico, nació en 1723 y murió en 1790 dejando una merecida y luminosa obra hoy día estudiada en muchas universidades de prestigio, y llevando su nombre algunas escuelas académicas y tanques de pensamiento, —los cuales dicho sea de paso deberían de multiplicarse por todo el orbe ante el invasivo y fracasado comunismo—; sus libros “La riqueza de las naciones”, “Teoria de los sentimientos morales” y “La mano invisible” representan la quintaesencia de una propuesta real, científica y contundente para salir de la pobreza mediante la liberación del mercado.

En su propuesta, en la que combina tesis sobre el desarrollo económico, valores como los de la ética y la moral, la filosofía, la historia y la psicología, entre otros, también argumentaba que el mercado se regula a sí mismo, mediante una mano invisible que regula la economía y las determinaciones de la oferta y la demanda en donde el Estado, interviene únicamente como defensor de esta libertad económica, contrario evidentemente, a todo lo actuado por el estatizante marxismo y sus arterias leninistas, socialistas, progresistas etc., hasta llegar a sus vástagos tropicales como el Foro de Sao Paulo y el recién lavado de cara “Grupo” de Puebla.

Es decir, que para cuando nace Carlos Marx, en 1818, ese barbado que jamás conoció el trabajo, ni fue un ejemplo como  padre de familia, mantenido toda la vida, que nunca abrazó a un campesino ni palpó  sus sudores ni los de un obrero,  esta visión sobre cómo propiciar un mundo mejor, desde una solidaridad y empatía plenas y reales, estaba escrita.

Lamentablemente pudo más el impulso mediático de la insurgencia comunista en Rusia desde 1917 tras derrocar a los Zares, con sus conocidas características  políticas,  ideológicas,  subversivas, mediáticas  y cargado de un elevado resentimiento social, típico en todas las izquierdas y más en aquellas que han llegado al Poder  a través de las armas, que el clásico pensamiento liberal de Adan Smith. Los bolcheviques saquearon y robaron las joyas y pertenencias  de los monarcas rusos  y los sandinistas en 1979  a familias, no millonarias ni monacales que habían heredado de sus antepasados o compradas  con sus esfuerzos. Perlas para las memorias de la infamia.

Esas acciones que permitieron la toma del Poder por los comunistas, (que nada tiene que ver con los los principios de libertad, igualdad y fraternidad de la revolución francesa de 1879), siguen siendo causantes de las injusticias de la humanidad hasta el día de hoy.

No existe paraíso comunista en ninguno de los países en donde este sistema se ha llevado a la práctica, en todo caso lo es exclusivamente  para la elite que se ha alzado con el Poder; y por el contrario, la desesperanza crece y las  ansias de acumulacion de fuerzas, riquezas y la rapiña con que actúan  quienes desde el  Estado hablan de justicia social y reivindicación por  los pobres, es cada vez más dañina y cruel para los más necesitados.

Desde 1917 el mundo ha sido otro.  Prevalece la manipulación mediática, el «lavado de coco» haciéndole creer a las multitudes que el capitalismo es perverso y que todo lo que gira entorno hacia el es tenebroso y aberrante: Lo son los Estados Unidos de América desde el punto de vista geográfico, los gobiernos de derecha que son tildados de fascistas y los sistemas de libre mercado por ser mercantilistas y burgueses. pero la verdad sigue siendo apabullante, son ellos, los comunistas, de Federico Engels a Soros, De Stalin a Putin, de Fidel Castro a Hugo Chavez, de Tiro Fijo a Petro, quienes han hundido a sus naciones y han provocado los éxodos más grandes de la historia en sus respectivos países.

Pero  ¿Quién dijo, señores, qué era el marxismo leninismo y su negra escuela comunista la que iba a mejorar el nivel de vida de la humanidad?  Nadie, ellos se autoproclamaron, y  esa agenda hoy día llamada también globalista y progresista, socialista o inquierdista, que pretende apoderarse del mundo entero debe ser frenada y proscrita en bien del desarrollo mismo de la humanidad y la felicidad de los pueblos libres y democráticos. La nueva agenda y el nuevo orden mundial , si es que existe, debe ser orientado al conocimiento de la holística global, de la recuperación de la memoria histórica sin alteraciones, sobre todo del Siglo XX a la fecha, y mover el timón del holocausto y el llanto  hacia la felicidad de las naciones y el encanto de las libertades publicas y privadas.
Marx prometió pan y rosas para todos los niños del mundo, pero nunca llegaron; Adan Smith predijo un mundo mejor, estaba y sigue estando en su sano juicio, y no lo escuchamos.

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