Los gigantes petroleros enfrentaron este jueves duros cuestionamientos de los congresistas demócratas en Washington, que los acusan de haber intentado esconder durante mucho tiempo las afectaciones causadas al medioambiente por sus actividades, y ponen en duda la sinceridad de sus esfuerzos para reducir las emisiones contaminantes.
«Algunos de nosotros tendremos que vivir el futuro que ustedes están incendiando», deploró la legisladora de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez. «No tenemos el privilegio o el lujo de atenernos a la comunicación de lobistas».
Por su parte, los jefes de ExxonMobil y de Chevron, así como los representantes en Estados Unidos de Shell y BP defendieron sus posiciones durante seis horas durante una sesión convocada por una comisión de la Cámara de Representantes.
Aseguraron que las declaraciones públicas de sus dirigentes evolucionaron junto con los avances científicos al respecto, y aceleraron en los últimos años las inversiones en energías alternativas.
Pero no quisieron sin embargo cortar lazos con la poderosa federación del sector, API, que se activa en contra de algunas medidas medioambientales. O, en el caso de ExxonMobil y Chevron, reducir su producción de petróleo y gas.
«ExxonMobil reconoce desde hace tiempo que el cambio climático es real y plantea serios riesgos, pero no hay respuesta fácil», declaró Darren Woods, jefe de la petrolera.
«La realidad innegable es que el petróleo y el gas siguen siendo necesarios para responder a las necesidades energéticas», sostuvo de su lado Michael Wirth, al mando de Chevron.
Esas respuestas no parecieron satisfacer a los representantes demócratas, que compararon esta audiencia con la de los grandes dueños de la industria tabacalera que no quisieron reconocer en la década de 1990 que la nicotina era adictiva.
Los gigantes petroleros «por fin» reconocen que el cambio climático es real y es urgente actuar, resaltó la presidenta de la comisión encargada de la audiencia, Carolyn Maloney.
Pero es «decepcionante» que los directivos «rehúsen asumir la responsabilidad de una campaña de desinformación (…) que duró décadas» y «rechacen dejar de financiar» grupos como la API, agregó. Maloney emitió requerimientos para obligar a las petroleras a comunicar ciertos documentos.
Los representantes republicanos atacaron por su parte las medidas tomadas por el presidente estadounidense, Joe Biden, en defensa del medioambiente, como el abandono del proyecto de oleoducto Keyston XL, relacionándolas con el aumento de los precios energéticos o acusándolas de destruir empleos.
Según una nota preparada por los demócratas, los grupos petroleros apenas gastan para el medioambiente una fracción de lo que destinan al cabildeo, aunque afirman oficialmente priorizar el tema.
Parecen sobre todo dar esas declaraciones «para reforzar su imagen pública mientras siguen produciendo miles de millones de barriles de combustibles fósiles e invirtiendo en nuevas extracciones de petróleo y de gas», indica el informe.
Durante la audiencia, la demócrata Ro Khanna denunció los esfuerzos desplegados por la federación API para contrarrestar algunas medidas medioambientales como un impuesto sobre las emisiones de metano o subvenciones a los vehículos eléctricos.
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