Ciudad de Guatemala, 12 diciembre (Diestra).- Miles de feligreses guatemaltecos veneran y le rinden tributo a la Virgen de Guadalupe en su día, y hacen largas filas para poder ingresar a su iglesia en la víspera de su procesión por el Centro Histórico de la capital.
Desde el pasado fin de semana fueron habilitados casi 400 puestos de ventas de diferentes artículos, que van desde trajes típicos para que los padres vistan a sus pequeños indígenas para presentarlos como Juan Diego ante la presencia de la Virgen Morena.
En la madrugada de este lunes hubo serenata para la Virgen con la participación de las altas autoridades católicas de Guatemala, que también ofrecen este mediodía una misa en su honor, previo a que recorra las calles y avenidas de la ciudad.
Desde la noche del domingo cientos de guatemaltecos se dieron cita a la Iglesia de Guadalupe a dejar velas encendidas, a orar por la virgen y pedirles milagros, y a rezar por la salud de sus familiares.
Este lunes aún persisten largas filas de los fieles católicos que desean ingresar a la iglesia y como lo explicó una señora con su hijo en brazos: No importa hacer más de dos horas cola porque vale la pena.
En los alrededor del santuario abundan los sonidos, la venta de flores, los trajes y los puestos de fotografías para que los padres tengan el recuerdo de sus hijos vestidos como indígenas. A ello se suman las ventas de comidas y dulces típicos como para de la devoción por la conmemoración.
En Guatemala, la celebración tal y como se conoce, con visitas, trajes y música se realiza desde el siglo XIX, cuando en 1892 salió por primera vez en procesión la imagen tallada de la virgen por las calles de la capital. Pero la devoción por la Virgen de Guadalupe viene desde la época Colonial.
El santuario de Guadalupe se inauguró el 11 de noviembre de 1951. Dentro de este se puede apreciar dos imágenes de Guadalupe, la primera es una pintura que se presume fue traída de México y una escultura de 2 metros de altura creada por los artistas Esteban y Santiago Rojas, y encarnada por Enrique Acuña.
Según cuenta la leyenda, en 1531, a Juan Diego se le apareció la Virgen de Guadalupe en el cerro de Tepeyac en las cercanías a lo que hoy se conoce como la Ciudad de México. Ese fue un acontecimiento que se registró en la historia y que marcó a vida religiosa y posteriormente política de un país como México. Fotos. DCA
