El Paris Saint-Germain (PSG) inició esta nueva temporada de la Ligue 1 francesa de forma arrolladora. Los galos, que tienen en sus filas a estrellas del fútbol de primer nivel como lo son Kylian Mbappé, Lionel Messi, Neymar, Gianluigi Donnaruma, Sergio Ramos, entre otros, golea y gusta en sus compromisos.
En cuatro partidos oficiales que van de curso, los galos han marcado 21 goles, una auténtica locomotora de cara al gol; además, tan solo han encajado. A pesar que fue a Kylian Mbappé al que le entregaron las llaves del club para que renovara y rechazara cumplir su sueño de fichar por el Real Madrid, la figura está siendo Neymar.
El domingo le propinaron una ejemplarizante paliza al Lille 1-7, con una gran actuación de la ‘Pulga’ Messi, fútbol precioso de toque y tres tantos de Mbappé.
El delantero brasileño ha estado imparable en este inicio de 22-23, dejando atrás el mal rendimiento que tuvo la pasada campaña. Siete goles y seis asistencias en cuatro jornadas es lo que ha entregado Neymar, que aspira a jugar el Mundial de Qatar 2022 y llegar en muy buena forma.
Mencionar que ‘Ney’ vuelve a ser el de otros tiempos representa un peligro, por así decirlo, para el joven Kylian Mbappé. Cuando al francés le dieron autoridad para tomar decisiones a nivel gerencial en el equipo, éste tuvo varias demandas, entre ellas que se escucharan ofertas por el brasileño.
Y es que el ’10’ no ha venido teniendo un bajo desempeño sobre el terreno de juego las últimas temporadas, además de incurrir en episodios de indisciplina y que los entrenadores se quejen de su falta de compromiso.
Pero parece ser que Neymar es otro y busca callarle la boca a Kylian, con el que ya en el pasado partido contra Montpellier tuvo su primer encontronazo por la disputa de un penalti.
Con la intervención del asesor deportivo Luis Campos y el técnico Christophe Galtier la disputa quedó sobre el campo y en la goleada que le propinaron al Lille todo parecía estar muy bien, pero puede que Neymar, muy competitivo y acostumbrado a la repartición del estrellato (como en el FC Barcelona), quiera ‘sacarse esa espinita’ doblando en rendimiento a su compañero de la delantera.
