Ciudad de Guatemala, 27 enero (Diestra).- A pocos menos de un año de entregar el poder, el actual presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, habló este viernes de aplicar la pena de muerte contra los criminales y también lanzó una advertencia en contra de los pandilleros que tienen atemorizada a la población: O se reinsertan a la sociedad o les cae todo el peso de la ley.
El jefe de Estado habló de estos temas durante un acto público en el que se graduaron varios agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), en la capital guatemalteca-
Giammattei dijo en su mensaje que está dispuesto a aplicar la pena de muerte en contra de los sicarios que operan en Guatemala y que no le «temblaría la mano» en que los hombres que asesinaron recientemente a una niña en una colonia del municipio de Villa Nueva, fuese ejecutados.
Sin embargo, la aplicación de esta normativa quedó suspendida durante el gobierno del presidente Alfonso Portillo 2004-2008, porque decidió que la decisión de otorgar el recurso de gracia o indulto no recayera en el mandatario. Desde entonces no hay quien tenga la potestad legal de firmar las ejecuciones o la de perdonar al condenado.
Al respecto, el presidente Giammattei manifestó que «ojalá» el Congreso devolviera al gobernante sobre decidir sobre el indulto o no, es decir, para que se aplique la pena de muerte en el país centroamericano, donde se realizaron las últimas ejecuciones en el 2011.
Enfatizó que si los hermanos que dieron muerte a la menor de 7 años fuesen condenado a la pena capital no le temblaría la mano para negarles el indulto para que esos «desgraciados» paguen con su vida lo que le hicieron a la niña y a su familia.
En el mismo acto, el presidente también lanzó una advertencia a los pandilleros que tienen atemorizada a la población guatemalteca: O se reinsertan a la sociedad o les caerá todo el peso de la ley.
«Los pandilleros tienen hoy dos caminos, o les cae la ley o se incorporan a la sociedad», sentenció el mandatario su amenaza contra los grupos de las pandillas, responsables de asesinatos y las extorsiones que les dejan millones del transporte y el comercio, entre otras víctimas. Foto Mingob
