NUEVA YORK.- América Latina está prácticamente teñida de rojo, el color que simboliza a la izquierda, el socialismo o el comunismo. Pintadas de azul solo aparecen al menos seis naciones, y una de estas pocas es Paraguay, un país de sólida democracia y relevante crecimiento económico.

El nuevo presidente de los paraguayos es Santiago Peña, economista y máster en Administración Pública de la Universidad de Columbia, quien ocupó el cargo de ministro de Hacienda durante el gobierno de Horacio Cartes, entre 2015 y 2017. Asumió apenas en agosto las riendas del Palacio de López, sede del gobierno nacional.

A Peña se le puede ver en estos momentos como una ‘voz importante’ de la corriente conservadora en la región, con una posición clara frente al comunismo que dio a conocer desde antes de ostentar el rol presidencial.

De hecho, en Miami, cuando era candidato, pidió mantener a Cuba en el listado de EEUU de países que promueven el terrorismo. “Paraguay con gran orgullo levanta su voz por estos reclamos de nuestros amigos cubanos”, comentó el entonces aspirante a la presidencia durante un evento de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), como lo reseñó en su momento DIARIO LAS AMÉRICAS.

Su postura también va en contravía de las dictaduras de Venezuela y Nicaragua, cuestiona la invasión rusa a Ucrania y remarca el papel de los valores católicos en la sociedad. Entre sus promesas, se propone crear 500.000 nuevos empleos para paliar los desafíos económicos del país sudamericano.

Avance del comunismo

Previo a su participación en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Peña asistió a una presentación en el Harvard Club of New York City, invitado por The Adam Smith Center for Economic Freedom de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI).

Una de las preguntas de Carlos Díaz-Rosillo, presidente de la institución aliada a FIU y anfitrión del evento, versó en torno a la expansión de la izquierda en el continente y los posibles factores que han contribuido con este fenómeno político. Peña no dudó al señalar “fallas importantes” en los partidos políticos.

Según el mandatario paraguayo, “el populismo es un peligro, un peligro mundial, y creo que la polarización es algo que ha causado mucho daño a la sociedad. Creo que los partidos políticos están mal y que la democracia es básicamente una locura. Y, a propósito, mucho de lo que se dice no tiene sentido”.

El jefe de Estado se presentó como miembro del partido político Colorado, que ha llegado al poder, con pocas excepciones, durante más de 70 años, pero “se ha renovado, y un ejemplo de esto soy yo, que no soy político de carrera y decidí entrar en la política hace siete años”.

Sumó que “la crisis que estamos viendo en América Latina es una crisis de los partidos políticos”.

Sin contar a México, que se asume parte de América del Norte, países como Venezuela, Nicaragua y Cuba tienen dictaduras de izquierda, mientras que Honduras, Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina y Chile, entre otros, están bajo gobiernos de tendencia socialista.

Dictaduras

Las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua han estado en la mira internacional por largo tiempo. La Mayor de las Antillas ha estado sometida al totalitarismo del Partido Comunista liderado por los Castro desde 1959; la nación petrolera, a partir de 1999, al chavismo devenido ‘madurismo’ y los nicaragüenses, a los desmanes del sandinismo desde 2007.

Peña dijo que tiene el “derecho a opinar” acerca de esas dictaduras, partiendo de la experiencia que vivió su país durante el régimen de Alfredo Stroessner, quien accedió al poder el 15 de agosto de 1954, tras un golpe de Estado, y gobernó con mano dura hasta el 3 de febrero de 1989, cuando fue derrocado por otro golpe militar.

“Para aquellos que nacieron y se criaron en Paraguay antes de 1989, este es un tema emocional porque es una carga muy pesada”, señaló frente a un público integrado por unos 60 invitados especiales.

Y añadió: “Lo que está sucediendo en Cuba, Nicaragua y Venezuela es un problema para estos países. Los resultados en términos de indicadores sociales y económicos siempre serán peores, no mejorarán. Hay muchos grupos que demuestran que la democracia es un mejor sistema que la falta de libertad o la falta de defensa de los derechos humanos”.

Acto seguido, las palabras del presidente paraguayo se tornaron más enfáticas: “Fuimos la dictadura más larga de América del Sur”, y recalcó que “debemos alzar nuestra voz hasta que otras personas también lo hagan. No quiero entrar en la política de Cuba o Venezuela. Solo quiero compartir mi experiencia como un país con 34 años en democracia, nada comparable con los 35 años en dictadura”.

Paraguay, Taiwán, China

Las relaciones diplomáticas y comerciales entre Paraguay y Taiwán comenzaron en 1957. En el contexto latinoamericano, hoy la nación guaraní es una de las pocas que mantienen nexos formales con los taiwaneses, que se esfuerzan por preservar su soberanía ante la China comunista.

En efecto, el régimen de Xi Jinping continúa su estrategia de posicionamiento geopolítico en América Latina, con préstamos y proyectos de cooperación a diferentes gobiernos, pero, al mismo tiempo, intenta ‘cerrar puertas’ a Taiwán, nación que se percibe como un “dique o talanquera” frente al avance de China.

Peña aseguró que no piensa cambiar la política sobre Taiwán. “Hemos estado trabajando con ellos por muchos años. Así que tenemos una relación muy duradera con Taiwán”, apuntilló.

A esto acotó que “estamos en una posición mucho mejor integrando a Taiwán, que es una potencia en términos de desarrollo tecnológico. A pesar de ser un país de solo 20 millones de personas, producen el 85% de todos los semiconductores del mundo”.

“Así que tienen algo que se puede replicar en otro país. Y además de eso, ambos somos democracias, tenemos una fuerte cultura de apego cultural en términos de educación, por lo que, creo, es importante mantenernos cerca de Taiwán”, explicó.

Resaltó, sin embargo, «compramos la mayoría de nuestros productos electrónicos de China, y le vendemos a China. Pero no estamos en disposición para cerrar nuestras relaciones con Taiwán”.

Dijo que tanto Taiwán como Israel “son muy buenos ejemplos para Paraguay”, porque su país se encuentra en una zona “muy complicada”, en donde “no tuvimos una buena oportunidad de desarrollarnos debido a nuestros vecinos”.

Minutos antes de la reunión en el club situado en el área de Time Square, Peña habló con DIARIO LAS AMÉRICAS y afirmó que las relaciones entre Paraguay y Taiwán “siguen firmes y más fuertes que nunca».