Ciudad de Guatemala, 13 noviembre (Diestra).- La historia de José Nicolás y su mamá Brenda Tuch amenazó con tener un final desolador, pero las lágrimas de angustia y desesperación se convirtieron en felicidad cuando el «milagro» ocurrió y Unicar les devolvió la esperanza de vivir.
Viajaron incansablemente desde Chicacao, Suchitepéquez, a Quetzaltenango y Retalhuleu en busca de ayuda. José Nicolás era el quinto hijo de Brenda y el único que presentó problemas serios de salud. Al principio sufría de una simple tos, pero con el pasar de los días, ese padecimiento se convirtió en una pesadilla, dice su mamá.
Brenda cuenta que su pequeño padeció de bronconeumonía desde los 3 meses por lo que visitó varias veces a diferentes pediatras sin tener un diagnóstico certero y no fue sino hasta que un especialista, en Quetzaltenango, le explicó que su bebé padecía del corazón. Fue diagnosticado con Cor triatriatum.
«El doctor nos dijo que mi nene estaba muy mal, que tenía una membrana en el corazón y que teníamos que hospitalizarlo de emergencia porque ya no llevaba oxígeno. Fuimos al hospital de Xela y de ahí nos remitieron a Unicar. Nos costó porque en dos ocasiones cuando estuvieron a punto de operarlo se enfermó y eso impedía la cirugía», explica Brenda.
Sin embargo, después de cuatro meses de perseverancia y oraciones, recibieron una respuesta positiva. «Luchamos durante 4 meses y gracias a Dios recién salimos de la operación», dice con lágrimas y la voz entrecortada.
«No me esperaba pasar por algo tan doloroso. Él sufría tanto que hubo un momento en que, casi a punto de morir, le supliqué con tanta fuerza a Dios que si era su voluntad dejármelo, guiara mis pasos y mi mente, que me mostrara qué debía hacer, y si no, que se lo llevara porque no quería verlo sufrir más», dice Brenda, mientras las lágrimas eran inevitables.
Fue entonces cuando, en una nueva visita a otro pediatra en Retalhuleu, la salud de José Nicolás se restableció y en un nuevo ingreso a Unicar ocurrió el «milagro». «Estamos muy agradecidos con Dios, con Unicar y con el Ministerio de Salud no solo porque salvaron la vida de mi nene, si no porque desde que llegamos la atención de los médicos y las enfermeras ha sido extraordinaria».
«Recuerdo que cuando uno de los médicos que consultamos nos dijo el costo de la cirugía, unos Q300, 000 ($38,363), sentimos que el mundo se nos venía encima, pero al referirnos y hacer el traspaso a Unicar todo se resolvió sin ningún costo. Qué Dios se los recompense», finaliza doña Brenda. prensa.gob,gt
