Ciudad de Guatemala, 15 enero (Diestra).- El socialista Bernardo Arévalo asistió este lunes a su primera actividad religiosa luego de ser investido como nuevo presidente de Guatemala para el periodo 2024-2028. El tedeum fue encabezado por el arzobispo Gonzalo de Villa, quien dijo que el mandatario representa una esperanza para el pueblo.
Acompañado de su esposa, la vicepresidenta Karin Herrera y de su primer Gabinete de Gobierno, el mandatario escuchó atento la eucaristía celebrada hasta hoy porque, según explicó el religioso, el Congreso se llevó 12 horas en su sesión solemne, lo cual fue «inédito».
No obstante, destacó que el acto coincide con el Día del Cristo Negro de Esquipulas, el cual se conmemora desde hace más de 400 años.
De Villa manifestó en su eucaristía que la clase política «no ha estado a la altura del pueblo de Guatemala», por lo que Arévalo tiene ese reto de sacar al país de esa larga historia y luchar por los necesitados.
«Hay una esperanza para el pueblo de Guatemala y es el reto para el presidente», sostuvo el prelado, quien dijo también que es la primera vez que en Guatemala el hijo de un presidente también llega a ocupar ese cargo.
La investidura de Arévalo concluyó hasta la madrugada de este lunes debido a los retrasados que se dieron el domingo en el Congreso, donde se calificaron las credenciales de los nuevos diputadas y se tuvo que elegir a la nueva Junta Directiva que fue ganada por uno diputado del partido del actual mandatario, Samuel Pérez.