Los resultados del debate han creado pánico en los demócratas, al punto que en su partido se empiezan a cuestionar si debería ser reemplazado en las boletas antes de los comicios de noviembre en Estados Unidos.
El veredicto ha sido unánime y condenatorio. Fue un «desastre político» que causó «consternación» dentro de las filas del partido cuando faltan poco más de cuatro meses para las elecciones.
Y es que el enfrentamiento del presidente el jueves por la noche con el expresidente Trump debía ser una oportunidad para que Biden, disipara las dudas sobre su avanzada edad y su aptitud para el cargo, y para retratar públicamente a su rival como una «amenaza existencial» para la democracia estadounidense, el argumento de campaña empleado por los demócratas en un intento de levantar la imagen y la baja popularidad del candidato demócrata.
Pero su discurso fue vacilante. En varias ocasiones se trabó y pareció perder el hilo de sus ideas. Como consecuencia algunos demócratas se plantean entre bastidores si él debería seguir siendo el candidato del partido, que tiene hasta agosto para decidir.
A lo largo de 90 minutos, Biden intentó a duras penas contrarrestar el estilo grandilocuente de Trump, quien se mostró enérgico y contundente. Los moderadores de la CNN, la cadena que organizó el debate, ayudaron a un Biden en ocasiones confundido y le pasaron la palabra a Trump, pese a que Biden no había concluido con el tiempo establecido para cada respuesta.
En la pantalla se vio a Biden mirando fijamente, con la boca abierta, mientras Trump hablaba.
No hay evidencia de que Biden esté dispuesto a poner fin a su campaña. Y para los demócratas sería casi imposible reemplazarlo a menos que él elija desistir.
Este escenario, actualmente muy improbable, sumiría al Partido Demócrata en un periodo de gran incertidumbre.
¿Por qué?
Joe Biden, el presidente estadounidense en ejercicio más viejo, perdió una oportunidad única para tranquilizar a millones de votantes sobre su forma física y su salud durante el primer debate de la campaña.
En el escenario, el líder demócrata a menudo parecía confundido, dejaba frases inacabadas y se trababa.
«Tuvo una muy mala noche. La pregunta ahora es si eso lo descalificará para los próximos cuatro años», dijo el viernes la senadora demócrata Jeanne Shaheen. «Eso habrá que determinarlo».
Joe Biden repite a menudo que es el candidato más capaz de derrotar a Donald Trump, a pesar de que las encuestas muestran que su edad desanima a los votantes.
«Ya no camino con tanta facilidad como antes, no hablo con tanta fluidez como antes, no debato tan bien como antes», pero «puedo hacer este trabajo», dijo Biden en un mitin en Carolina del Norte (este).
El líder recibió un fuerte apoyo de Barack Obama, quien sigue siendo una de las voces más respetadas del Partido Demócrata. «Las noches de debates malos ocurren», dijo.
¿Cómo?
Si Joe Biden decidiera tirar la toalla, el proceso para sustituirlo sería un poco técnico.
El presidente ya ha sido designado candidato presidencial demócrata en una serie de primarias celebradas entre enero y junio.
Las normas demócratas dicen que los delegados que Biden ganó deberían respaldarlo en la próxima convención nacional del partido a menos que él les diga que abandonará la contienda.
Por tanto en teoría debería ser entronizado en la convención del partido en Chicago.
Si Joe Biden abandonara la carrera antes de esta convención, prevista a mediados de agosto, la última palabra correspondería a los delegados del partido, 3.900 personas con perfiles muy variados. La opinión pública desconoce a la mayoría de ellas.
Sería entonces una «convención en la que todo está permitido», ya que cada bando trataría de impulsar a su candidato, predice Elaine Kamarck, investigadora del Brookings Institute, en una nota reciente.
Un escenario más o menos similar se produjo para los demócratas el 31 de marzo de 1968, cuando el presidente Lyndon B. Johnson anunció públicamente que no se presentaría a un segundo mandato, en plena guerra de Vietnam.
¿Y si Joe Biden abandonara entre la convención y las elecciones? El «comité nacional» del partido celebraría una sesión extraordinaria para nombrar al candidato.
Delegados comprometidos
El presidente indicó que no tiene planes de hacer eso, diciéndoles a sus simpatizantes en Atlanta poco después de que salió del escenario del debate: “Sigamos adelante”. Lauren Hitt, portavoz del equipo de campaña de Biden, fue aún más clara el viernes: “Desde luego que no se retirará”.
Las convenciones y sus normas están controladas por los partidos políticos. El Comité Nacional Demócrata podría reunirse antes de que se inaugure la convención el 19 de agosto y modificar la forma como se hacen las cosas, pero eso es improbable mientras Biden siga intentando ser reelegido.
Las normas actuales dicen: “Los delegados elegidos a la convención nacional que estén comprometidos con un candidato presidencial deberían reflejar fielmente los sentimientos de los que los eligieron”.
¿Posibles candidatos?
Joe Biden ha nombrado a la vicepresidenta Kamala Harris para que haga campaña con él, pero no existe ninguna norma que establezca que el compañero de fórmula sustituya automáticamente al titular.
El jueves, Harris reconoció que Joe Biden había sido «lento al principio», pero que había «terminado fuerte».
En ningún momento mencionó la posibilidad de sustituirlo.
Además de Harris, otros que han respaldado a Biden en 2024 mientras albergaban sus propias aspiraciones presidenciales para ciclos futuros incluyen al gobernador de California, Gavin Newsom; a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer; al gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro; al gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, y al representante por California Ro Khanna.
Y otros a los que Biden superó durante las primarias presidenciales del partido en 2020 podrían intentarlo de nuevo, incluidos los senadores Bernie Sanders de Vermont, Elizabeth Warren de Massachusetts y Amy Klobuchar de Minnesota, al igual que el secretario de Transporte, Pete Buttigieg.
Si Biden abandonara la contienda abruptamente, grupos conservadores han dejado entrever que interpondrán demandas en todo el país para cuestionar la legalidad del nombre del candidato demócrata en las boletas.
Pero Elaine Kamarck, investigadora sénior de estudios de gobernanza en la Brookings Institution en Washington, que escribió un libro acerca del proceso de nominación presidencial y también es integrante del brazo regulador del Comité Nacional Demócrata, dijo que las cortes se han mantenido constantemente fuera de las primarias políticas, siempre y cuando los partidos que las organizaran no estuvieran haciendo nada que contraviniera otros derechos constitucionales, tales como la supresión de votantes con base en la raza.
“Constitucionalmente está muy claro que esto está dentro de la jurisdicción del partido”, dijo Kamarck en una entrevista antes del debate. “El asunto de nominar a alguien para que represente a un partido político es asunto del partido político”.
FUENTE: REDACCIÓN / AFP y AP