Nuevos datos sobre los ‘dreamers’ protegidos con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) revelan un incremento de quienes están empleados, situándose en 94.1%, un alza de casi cinco puntos porcentuales con respecto al 2019.
Este dato forma que parte de un reporte del Center for American Progress (CAP) es significativo, tomando en consideración los desafíos legales de los opositores al programa cuya permanencia podría depender nuevamente de la Corte Suprema.
El informe destaca que los beneficiarios de este programa, creado por el expresidente Barack Obama y defendido por el presidente Joe Biden, han buscado aprovechar al máximo las oportunidades de estudio y laborales que ofrece la protección a la deportación y el documento de Autorización de Empleo (EAD, en inglés).
El 81.9 por ciento de los encuestados informó que el aumento de sus ingresos les había “ayudado a ser financieramente independientes”, dice el informe adelantado a este diario.
Ese impacto económico también trajo beneficios a sus familias, ya que el 78.9 reconoció mejoras financieras a su familia y el 38.2 por ciento incluso expresa que pudo ayudar a “cuidad de un padre o pariente anciano”.
Rosa Barrientos, analista sénior de Política en el CAP y autora del reporte, destaca la importancia de DACA, siendo ella misma beneficiada con el programa migratorio, el cual ya no recibe nuevas solicitudes después de una decisión de un juez en Texas.
“Nuestro reporte enseña que al darles DACA, ellos [los ‘dreamers’] pueden encontrar trabajos que les pagan más alto a muchos de los respondientes; fueron al colegio, y al ir al colegio pueden encontrar un trabajo que tenga que ver con lo que estudiaron, como ejemplo, yo estudié en la universidad Ciencias Políticas y gracias a DACA puedo trabajar en una administración que se dedica a la política”, expresó.
La posibilidad de que ‘Dreamers’ compren casa
El incremento del salario al tener protección migratoria es un elemento clave, porque permite a los ‘dreamers’ adquirir vivienda o un auto.
El reporte indica que el 30.7 por ciento de los encuestados compraron su primera vivienda en 2023, pero la cifra ha ido en aumento.
“Se estima que el 17.7 por ciento y el 13.6 por ciento compraron su primera vivienda en 2022 y 2019, respectivamente”, se acota. “Como propietarios de viviendas, pagan cientos de millones de dólares anualmente en hipotecas y también pagan impuestos a la propiedad que, en última instancia, fortalecen las economías local y nacional”.
Un permiso de trabajo permitió también que los ‘dreamers’ compraran su primer auto, como lo reporta el 67.1 por ciento de los encuestados. Esta decisión personal contribuye a la economía con el pago de impuestos y el registro de título, un trámite administrativo obligatorio, recuerda el informe.
“Al tener acceso a ese permiso de trabajo, [a los ‘dreamers’] le da más acceso a más dinero; lo que te estaba contando, que empezaron de 11 dólares y ahora pues están ganando 31 dólares con 52 centavos de salario”, indica Barrientos. “Ese es un incremento de 164.4% de todos estos años, y también pues a ellos al ganar más dinero, ellos pueden contribuir no solamente a sus comunidades, pero también a la economía nacionalmente”.
Además de lo laboral, la educación es uno de los grandes beneficios para los ‘dreamers’ con DACA, ya que el 22.9 por ciento dijo que está matriculado en alguna escuela, pero el 73.5 por ciento señaló que ha cursado licenciatura o logró un título superior.
El temor por la familia
En septiembre de 2023, el juez de Distrito en Texas, Andrew Hanen, falló en contra de DACA por segunda vez, y aunque permitió a los beneficiarios actuales seguir renovando la protección, también bloqueó nuevas solicitudes.
La Corte de Apelaciones para el Quinto Circuito debe tomar una nueva decisión al respecto, pero se espera que el caso llegue nuevamente a la Corte Suprema. La incertidumbre legal de este programa genera incertidumbre en las familias, ya que el 80.5% de los encuestados teme por su seguridad y la de su familia.
La historia de Rosa
Rosa Barrientos es la autora del reporte del CAP, pero ella misma vive los beneficios de DACA y enfrenta la incertidumbre al no haber una reforma migratoria o una decisión positiva por parte de tribunales.
Su caso es similar al de miles de jóvenes indocumentados: no supieron su condición migratoria hasta que fueron adolescentes. Ella estaba en la preparatoria, cuando le ofrecieron una beca, pero cuando debió entregar su número de Seguro Social fue que su madre le reveló que era indocumentada, por lo que no pudo aplicar a la beca.
“Llegué a los Estados Unidos a los cuatro años, crecí en el este de los Ángeles en California, cuando yo crecí no sabía que era indocumentada hasta que pues llegué a la preparatoria y me nominaron para una beca nacional […] y fue la primera vez que yo escuché y que mi mamá me dijo: ‘Tú no eres ciudadana americana, tú eres indocumentada’”, comparte Barrientos.
Ella dijo a las autoridades escolares que era AB 540, una exención de matrícula para no residentes en California, incluidos los indocumentados.
“Me recuerdo que esa aplicación para ese programa preguntaba: ‘¿Eres AB 540?’. […] Le pregunté al director […], soy indocumentada, ¿puedo aplicar al programa?, y me acuerdo, en ese entonces era en el 2010 y me miró a los ojos y me dijo: ‘Si el Dream Act no pasa la próxima semana, no hay espacio para ti en mi programa’, y fue en ese entonces que me di cuenta lo que significaba ser una persona indocumentada, significaba que las oportunidades iban a ser limitadas, iba a tener que trabajar doble, el triple de duro que mis compañeros que sí tienen ciudadanía”, reconoció Barrientos.
A Rosa, recuerda, le llegó una de las mejores noticias el mismo día que se graduó de la preparatoria: el expresidente Obama había creado DACA, el 15 de junio del 2012.
“Fue un alivio para mí, porque sabía que mi vida iba a cambiar, sabía que iba poder tener las oportunidades que yo miraba a mis compañeros tener”, expresó.