Ciudad de Guatemala, 29 agosto (Diestra).- El expresidente de Guatemala (20212-2015), Otto Pérez Molina, reiteró este lunes ante el Tribunal B de Alto Riesgo, que es inocente de los cargos de corrupción por el que es juzgado y su declaración ante los jueces sostuvo que el Ministerio Público (MP) no ha podido demostrar su culpabilidad.
El juicio contra este general retirado y su exvicepresidenta, Roxana Baldetti, denominado como el caso «La Línea» por el MP y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), expulsada en 2019 por el entonces presidente Jimmy Morales, que la señaló de injerencia en asuntos internos, casi se encuentra en su recta final.
Al pasar al estrado, Pérez Molina sostuvo, en su defensa, que es inocente y que durante su gestión se preocupó por combatir la defraudación en las aduanes y que por ello las intervino en una ocasión.
Y como prueba mostró unas gráficas de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) en las que aseguró que durante su administración, en 2014, hubo una mayor cantidad de recaudación fiscal.
Durante el juicio, aseguró el expresidente, el MP no ha demostrado el delito de enriquecimiento ilícito del que lo acusa. Yo no tuve ningún beneficio patrimonial, que haya escuchado que hayan presentado alguna prueba, no hay cheques, no hay cuentas, no hay propiedades, no hay cuentas en el extranjero. No hay nada que acredite el aumento del patrimonio, afirmó.
Le aseguró a los jueces que el caso en su contra se basa en puras «especulaciones y mentiras» y que está demostrado en el debate que la supuesta participación de Otto Pérez Molina en el denominado caso «La Línea» son de interpretaciones malintencionadas de escuchas telefónicas y que los análisis han sido sesgados. Sostuvo que al implicarlo en el caso lo que la Cicig buscaba era quedarse en Guatemala.
Pérez Molina fue obligado a renunciar en el 2015 luego de los señalamientos de esa comisión encabezada por el jurista colombiano Iván Velásquez, ahora ministro de Defensa del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) del MP y desde entonces ha estado detenido en una cárcel de un cuartel militar.
Tras las alegaciones finales, en la que también Baldetti ha declarado su inocencia, posteriormente le tocará el turno a la parte acusadora, es decir al MP, para solicitar las penas al tribunal, aunque aún no hay una fecha definida para que se dice la sentencia de este juicio que se celebra en la mega sala del Organismo Judicial, en la capital guatemalteca. Foto archivo notiamerica.com
NO QUIERE SABER DE POLÍTICA
Tras salir del edificio de tribunales, el exmandatario comentó a los periodistas que los siete años que ha estado en prisión han sido los más difíciles de su vida. Tiene 71 años de edad.
«Es lo peor que me ha tocado vivir», expresó Pérez Molina, al tiempo de señalar que se le han violado sus derechos humanos por mantenerlo 7 años en prisión preventiva. Recordó que el renunció a la Presidencia, no huyó y se presentó ante las autoridades. Que no solo sufre él sino toda su familia, su esposa, hijos y nietos.
El expresidente dijo que no se arrepiente de haberse entregado a la justicia y que sus abogados buscan una sentencia absolutoria porque el MP no ha podido demostrar su culpabilidad. «Los que nos acusaron todos están prófugos. Es una vergüenza», subrayó en referencia, entre otros, a la exfiscal Thelma Aldana, exiliada en Washington desde 2019 luego de acusaciones de corrupción en su contra. A Pérez Molina ya no le interesa la política. Solo quiere retirarse y estar con su familia.
