MIAMI– Las dos simples acusaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos a Hunter Biden, frente a un potencial rosario de posibles cargos, no son más que un acto público para justificar el ensañamiento político contra el expresidente Donald Trump y los conservadores, además de intentar aplacar la andanada de críticas contra el sistema legal estadounidense.

En momentos en que Trump lidera todas las encuestas en la carrera por la Presidencia en Washington, que es el favorito como candidato republicano a la Casa Blanca y luego de todos los fracasos por inhabilitarlo políticamente, los cargos contra Hunter Biden revelan una Justicia de doble nivel o rasero, plegada a la actual administración demócrata en el poder.

La mayoría de los legisladores republicanos afirman que la Justicia en EEUU ha dado un vuelco y responde ahora a los intereses políticos de la izquierda y la extrema izquierda con el objetivo de desarticular la oposición conservadora, al estilo de dictaduras y regímenes totalitarios.

El periodista y exitoso exconductor de la cadena Fox News, Tucker Carlson, calificó el trato a Hunter por parte de la Justicia como muy “afable y cariñoso”, y lo describió de la siguiente manera: “Sin paseo criminal, sin esposas, sin conferencia de prensa, sin medios de comunicación, Hunter se declaró culpable de casi nada.

Las imputaciones reducidas

Hunter Biden fue inculpado por dos cargos menores, uno por evasión fiscal correspondiente a ingresos de 1,5 millones de dólares en el que tendría que pagar más de 100.000 dólares y un cargo federal por portar arma de manera ilegal, pero que según el Departamento de Justicia de Merrick Garland no constituye ningún delito.

Sin embargo, el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes publicó un nuevo testimonio que afirma que Biden hijo no pagó impuestos por 8,3 millones de dólares en ingresos de entidades extranjeras en Ucrania, China y Rumania, y que el Departamento de Justicia se negó a presentarle cargos en otros estados como Washington y California.

El testimonio reveló que el fiscal federal David Weiss intentó presentar cargos a Hunter en otros estados en 2022, pero se le negó la solicitud. No obstante, el fiscal general de EEUU Garland afirma que le otorgó máxima autoridad para el caso.

En el mismo informe del comité aparece un mensaje de Hunter por WhatsApp en 2017 en el que amenaza a su socio comercial Henry Zhao con la acción de su padre Joe Biden sobre un pago adeudado.

“Estoy sentado aquí con mi padre y nos gustaría entender por qué no se ha cumplido el compromiso asumido. Dígale al director que me gustaría solucionar esto ahora antes de que se salga de control, y ahora significa esta noche”, dice el mensaje escrito.

Hunter no será procesado por el cargo de arma de fuego, aunque estaría bajo lo que se denomina «desvío previo al juicio», que a menudo implica estar sujeto a asesoramiento profesional o rehabilitación.

El hijo de Biden, quien violó las leyes federales de armas, aún puede incluso portar un arma.

El fiscal federal David Weiss aseguró que Hunter Biden, de 53 años, llegó a un acuerdo con la fiscalía tras admitir su responsabilidad en ambos casos.

La acusación sobre tenencia ilegal de armas estipula que Hunter Biden tuvo una pistola Colt Cobra 38 por 11 días en octubre de 2018, cuando era consumidor de drogas. El cargo conlleva a una pena de cárcel de hasta 10 años, pero el acuerdo judicial lo libera de prisión, arresto domiciliario o libertad condicional.

La gran toalla para Hunter

Durante la pesquisa de casi cinco años entre el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de Justicia se habían filtrado a la prensa algunos detalles de las relaciones directas de Hunter con la empresa ucraniana de gas Burisma Holdings en la que fue miembro de su junta directiva entre el 2014 al 2019, además de sus nexos con otras figuras vinculadas al gobierno de Rusia y China, salpicadas por un esquema de corrupción con un alto riesgo para la seguridad nacional de EEUU.

Christopher Clark, abogado del hijo del Presidente, dijo en un comunicado que tenía entendido que la investigación de cinco años ya se había resuelto. O sea, como puntualizó Carlson, “una vida de excesos y delitos de Hunter Biden ha sido bendecida por la Justicia estadounidense”.

Según un informe de 87 páginas, elaborado por los Comités de Seguridad Nacional y Finanzas del Senado, “el papel de Hunter Biden en la junta directiva de Burisma impactó de forma negativa en los esfuerzos para impulsar medidas anticorrupción en Ucrania”.

El hijo del entonces vicepresidente Biden, dijo el informe, “tenía relación directa con una empresa corrupta y sus propietarios”. Y “los funcionarios del Departamento de Estado estaban al tanto de la asociación de Hunter Biden con Burisma”.

Asimismo, “los registros adquiridos por los Comités también muestran que Hunter Biden y su familia estaban involucrados en una vasta red financiera que los conectaba con ciudadanos y gobiernos extranjeros en todo el mundo”.

Hunter Biden y su socio, Devon Archer, “formaron relaciones financieras significativas y consistentes con el oligarca corrupto Mykola Zlochevsky durante el tiempo que trabajaron para Burisma, y sus empresas ganaron millones de dólares de esa asociación mientras Joe Biden era vicepresidente de EEUU y rostro público de la política ucraniana de la Administración Obama”, puntualiza el informe.

Investigaciones de los republicanos en el Congreso

La noticia llegó cuando los republicanos del Congreso realizan sus propias investigaciones sobre casi todas las facetas de los negocios de Hunter Biden, incluido el examen de los pagos en el extranjero y otros aspectos de sus finanzas.

El expresidente Donald Trump, acosado por la Justicia desde el 2016, consideró en su red «Truth Social» que Hunter Biden sólo había recibido una «multa» y afirmó que el sistema judicial de EEUU está «quebrado».

«¡Guau! El Departamento de Justicia corrupto de Biden acaba de aclarar decenas de años de responsabilidad penal al darle a Hunter Biden una mera ‘multa de tráfico'», escribió Trump en su red social. «¡Nuestro sistema está roto!, agregó».

“Le pegarán a Hunter con algo pequeño para que su golpe contra mí parezca ‘justo’, pero nada de lo que hacen estos fascistas es justo y honesto”, indicó el expresidente.

“No es una coincidencia que menos de una semana después de que el presidente Trump sea procesado, Hunter Biden se declare culpable de un [trato amoroso] sin tiempo en la cárcel”, escribió la senadora Marsha Blackburn, republicana de Tennessee.

“Que Garland mantenga su mantra de que hay un estándar igualitario de justicia es patético. Si el Departamento de Justicia piensa que esto descarta el presunto esquema de soborno de $5 millones de dólares o los años de corrupción denunciados de la familia Biden, están equivocados”, precisó Blackburn.

Tras un ya bastante conocido historial de vicios sexuales, drogas duras, alcohol y una vida desordenada social y mentalmente que han incluido varios ingresos en centros de rehabilitación y diversas recaídas, el entonces candidato a la Casa Blanca Joe Biden dijo en un acalorado debate televisivo con el presidente Trump en 2020 que estaba “muy orgulloso de su hijo Hunter”, una declaración que acaba de reiterar frente a periodistas.

El actual inquilino en la Casa Blanca rechaza, como se supone, las acusaciones de corrupción de la oposición republicana en el Congreso, que ha señalado a Hunter por supuestos negocios irregulares en Ucrania y China mientras su padre era vicepresidente en el gobierno de Barack Hussein Obama (2009-2017).

El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, republicano de Kentucky, acusó en 2022 al Departamento del Tesoro de EEUU de retener «informes de actividades sospechosas» financieras para proteger los negocios de Hunter Biden.

La Justicia de dos niveles

“Seamos claros: los cargos del Departamento de Justicia contra el hijo del presidente Biden, Hunter, revelaron un sistema de justicia de dos niveles”, escribió Comer en un comunicado.

«Hunter se está saliendo con la suya cuando la creciente evidencia descubierta por el Comité de Supervisión de la Cámara revela que los Biden están involucrados en un patrón de corrupción, tráfico de influencias y posiblemente soborno”.

“Estos cargos contra Hunter Biden y el dulce acuerdo de culpabilidad no cambian el rumbo de la investigación del Comité de Supervisión de la Cámara. No descansaremos hasta que se revele el alcance total de la participación del presidente Biden en los planes de la familia”, añadió Comer.

Pero la lista de incidencias negativas del hijo del presidente es casi interminable y la información de su reveladora “laptop” apenas se menciona.

De acuerdo con un artículo de The New York Post, la famosa “laptop” contenía una lista de contactos de relevantes funcionarios estadounidenses encargados de monitorear las relaciones entre China y EEUU. También incluía al menos 10 altos ejecutivos de Google, con quienes Hunter habría negociado en términos financieros.

En la lista aparecían, entre otros, John Kerry (exsecretario de Estado; Max Baucus (exembajador de EEUU en China); Thomas Parker (exasesor especial del vicepresidente Biden para asuntos de seguridad nacional); Sarah E. Kemp (exconsejera comercial en la embajada de EEUU en Pekín); Patrick Mulloy (excomisionado de la Comisión de Revisión Económica y Seguridad Estados Unidos-China); Jacquelline Fuller (vicepresidenta de Google y presidenta de Google.org); Johanna Shelton (directora de Políticas Públicas de Google); Manuel Tamez (exjefe de Políticas Públicas y Asuntos Gubernamentales de Google para México, Centroamérica y el Caribe); Mike Brasil (gerente de operaciones financieras del gigante de internet), Megan Smith (exvicepresidenta de Desarrollo de Nuevos Negocios) y Alan Davidson (exdirector de Políticas Públicas para las Américas).

Lo curioso de los ejecutivos de Google es que algunos trabajaron en la Casa Blanca, como Megan Smith, quien se convirtió en directora de tecnología en septiembre de 2014 y Alan Davidson, quien fungió como director de Economía Digital del Departamento de Comercio a partir de junio de 2015, según Washington Dailies.

Google “organizaba grandes eventos de recaudación de fondos en nombre del Comité Nacional Demócrata y, de hecho, como muchos en Silicon Valley, la compañía y sus empleados sirvieron como fuentes de ingresos confiables para Biden y el Partido Demócrata”, puntualizó The Post.

Los nexos con China

En el mismo artículo del Post, se relata que Hunter fue incluso agasajado por oligarcas chinos, entre ellos, Ye Jianming, jefe de la petrolera China Energy Co. (CEFC), quien le regaló un diamante valorado en unos 80.000 dólares.

Además de reunirse con socios comerciales de Hunter en la Casa Blanca, Joe Biden también habría sido receptor de una participación accionaria del 10 % como resultado de una empresa conjunta con CEFC, firma petrolera vinculada con el Partido Comunista de China y brazo capitalista de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), como se revela en un artículo publicado en DIARIO LAS AMÉRICAS por el doctor en economía y experto en el tema de China, Rafael Marrero.

Según confirmó el exsocio comercial de Hunter, Tony Bobulinski, en los correos electrónicos encontrados en la laptop (unos 120.000) se referían a Joe como “el tipo grande”. Naturalmente, los Biden fueron cruciales para el sello de credibilidad de CEFC en el extranjero, de acuerdo con otro reporte de The Post.

La misma fuente dijo que la empresa petrolera china pagó muchísimo dinero “por el brillo que representaba tener el apellido del vicepresidente de EEUU adjunto a sus proyectos turbios”. Es decir, “CEFC pagó a Hunter y a su tío unos cinco millones de dólares y [otros] seis millones a Rob Walker, amigo de confianza de la familia Biden y casado con Betsy, quien era la asistente de Jill Biden”, esposa de Joe Biden.

Si bien el contrato entre el consorcio Biden y CEFC se firmó en mayo de 2017, luego de que Joe dejara el cargo, Bobulinski afirmó que el dinero mencionado fue el pago por el trabajo realizado en 2015 y 2016 (los últimos dos años de la vicepresidencia de Joe), referente al uso de su nombre para avanzar con la Iniciativa de la Franja y la Ruta en Omán, Luxemburgo, Rumania, Medio Oriente y Asia.

En 2017, la información extraída de computadora portátil de Hunter y del material de Bobulinski, indicaron que CEFC invirtió 9,000 millones de dólares en el gigante petrolero estatal ruso Rosneft. De acuerdo con la misma fuente, esa fue la apuesta más grande de China en Rusia.

Su asistente, presunta espía de China

A raíz de estos descubrimientos, como revela el texto de Marrero, el senador republicano por Wisconsin, Ron Johnson, afirmó que “Joe mintió cuando dijo que nunca discutió los negocios extranjeros de Hunter. Por tanto, es hora de que los medios corporativos exijan la verdad y sea expuesta la corrupción de Biden Inc.”.

El líder republicano, Comer, pidió también al FBI investigar el nexo entre Hunter Biden y JiaQi Bao, quien fuera su asistente personal mientras él hacía negocios con la petrolera china CEFC.

Con documentos obtenidos por el Comité de Supervisión de la Cámara Baja, Hunter tuvo una delicada y estrecha relación con Bao, una presunta espía de China. Por tal razón, Comer en su misiva señaló que “los republicanos están preocupados de que el hijo del entonces vicepresidente y ahora presidente de EEUU pudo haber sido comprometido por los servicios de inteligencia extranjeros”.

La chinoamericana de 29 años, residente en Nueva York, llegó a Hunter como asistente para “ayudarle” en la traducción de documentos y otras funciones de oficina en su firma conjunta con CEFC (Hudson West III).

“Bao trabajó para la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC, por sus siglas en inglés), que realiza la planificación macroeconómica de China y aprueba cualquier proyecto importante que reciba financiamiento extranjero; por tanto, estaba vinculada al Partido Comunista de China, su empleador antes que la familia Biden”, subrayó Comer en su carta al FBI.

Bao también trabajó para empleados de CEFC vinculados al Partido Comunista de China.

Al parecer, todo lo anterior y una extensa lista de pruebas, sospechas y vínculos comprometedores de la seguridad nacional del país, han sido elementos obviados o engavetados por el Departamento de Justicia, que ha dado por cerrado el caso Hunter Biden.

Sin embargo, la acusación federal de Trump de 37 cargos federales es una erosión devastadora de la confianza en el sistema judicial de EEUU, después de que Hillary Clinton se encuentra libre después de utilizar de forma ilegal un servidor del gobierno en su residencia y eliminar decenas de miles de correos electrónicos, dijo el connotado congresista republicano de Florida, Mike Waltz.

Por su parte, el senador Rick Scott, señaló en una entrevista en la plataforma Americano Media su preocupación de que en Estados Unidos se está experimentando una persecución política similar a las que ocurren en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua (…) Esto se supone que no ocurre en Estados Unidos; pero ahora lo estamos viendo.

lmorales@diariolasamericas