Por La Opinión
El crimen organizado en México, al igual que en el resto del mundo, ha sido comúnmente dominado por hombres, aunque hay representantes del género femenino que han destacado como Sandra Ávila Beltrán, alias “La Reina del Pacífico”, o la esposa del Chapo Guzmán, Emma Coronel
Sin embargo, en la actualidad los cárteles experimentan una transformación al utilizar cada vez a más mujeres como sicarias, pues han demostrado que pueden llevar a cabo las ejecuciones que anteriormente solo eran encomendadas a los hombres.
El ejemplo más reciente ocurrió en el estado de Jalisco, en donde fue asesinado el subdirector de la Policía de Zapopan, Carlos Flores Amezcua, cuando llegaba a una cafetería.
Las imágenes de seguridad del establecimiento registraron el crimen, y revelaron que los pistoleros fueron dos mujeres y dos hombres, quienes se hicieron pasar como clientes del lugar mientras esperaban a su víctima.
Una de las sicarias, vestida con una blusa azul y pantalón blanco, platica con su acompañante en la terraza de la cafetería. Su bolso mide no más de 20 centímetros, perfecto para guardar el arma que poco a poco va empuñando por dentro de la misma cuando observa al subdirector de la policía llegando al lugar.
Del otro lado, otra mujer vestida completamente de negro también platica con un sujeto. Guarda su celular y ágilmente se lleva la mano hacia su costado derecho, de donde toma el arma con la que le dispara al oficial con una sola mano.
En el video se puede apreciar que ambas están entrenadas para disparar, y lo hacen sin temor a plena luz del día.
Al respecto, el analista David Saucedo señaló al sitio Informador.MX que la paridad de género ha llegado incluso al crimen organizado, gracias a que han demostrado que son funcionales para tareas específicas que comúnmente habían sido asociadas al hombre.
De esta manera, no es extraño que comencemos a verlas tener mayor participación en hechos como este, pues también se llegó a mencionar la participación de una mujer en el asesinato del exgobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval.