MIAMI.- El gobernador de Florida, Ron DeSantis, se encuentra ahora en el centro de una batalla legal por la prohibición estatal de la carne cultivada en laboratorio a través de una nueva ley.

UPSIDE Foods Inc., una empresa californiana que produce este tipo de carne, presentó una demanda bajo el argumento de que la prohibición violaría la Constitución de los Estados Unidos.

La ley, firmada por DeSantis el 1 de mayo, es vista por quienes la apoyan como una declaración de respaldo a las prácticas agrícolas tradicionales.

En ese contexto, el gobernador expresó su preocupación por las “élites” internacionales que, según dijo, buscan “socavar” la agricultura convencional.

«Lleven su carne falsa cultivada en laboratorio a otro lugar», declaró DeSantis al firmar la ley. «No estamos haciendo eso en el estado de Florida».

Demanda

Ahora, la postura de DeSantis se enfrenta al escrutinio legal. UPSIDE Foods, representada por el Institute for Justice, busca una orden judicial preliminar para poder ofrecer muestras de su carne en un festival de arte en Miami Beach a finales de este año.

Argumentan que la prohibición no solo es “inconstitucional”, de acuerdo con el criterio de la compañía, sino que también limitaría la elección del consumidor y la innovación en la industria alimentaria.

Uma Valeti, CEO y fundador de UPSIDE Foods, aseguró que su compañía no busca reemplazar la carne tradicional, sino ofrecer una alternativa ética al sacrificio de animales, con beneficios ambientales como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

“Cerrar granjas”

Por su parte, Wilton Simpson, comisionado de agricultura de Florida, calificó la demanda de «ridícula» y dijo considerarla un intento de los “liberales” de «cerrar granjas».

Simpson se refirió a la carne cultivada como un «experimento de carne de Frankenstein» y cuestionó su seguridad. Sin embargo, el producto recibió la aprobación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para su venta.

La demanda de UPSIDE Foods pone de manifiesto la tensión entre la innovación en la industria alimentaria y la protección de las prácticas agrícolas tradicionales, un debate que el gobernador DeSantis ha abrazado con firmeza.

El resultado de este caso podría tener implicaciones significativas para el futuro de la carne cultivada en Florida y en todo el país, según algunos expertos.