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sábado, mayo 4, 2024

¿Quiénes son los periodistas que están en riesgo de muerte en México?, la autora Alejandra Ibarra Chaoul ayuda a responder

“Te quiero presentar a los periodistas, a algunos periodistas asesinados en México, a través del trabajo y el legado que nos dejaron, e invitarte a que te hagas una nueva idea sobre qué periodismo está en riesgo en México”, lanzó la periodista y autora Alejandra Ibarra Chaoul.

Esa es la invitación que Alejandra hace a los posibles lectores de su nuevo libro, Causa de muerte: Cuestionar al poder: Acoso y asesinato de periodistas en México (Aguilar Ideas), producto de varios años de trabajo sobre periodistas asesinados en México y cuya metodología tomó forma cuando ella estudiaba la maestría en periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, ciudad donde también cubrió el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

“[La idea] empieza desde hace mucho, cuando estudié la carrera, la estudié en Ciencia Política, y como me gustaba el periodismo y me gustaba escribir, […] estamos hablando del 2012, me parecía muy intrigante decir, ¿por qué si somos una democracia, si tenemos las leyes que tenemos que tener, si justamente no somos una dictadura, por qué matan a tantos periodistas? Y desde entonces ya mataban a muchos”, contó en entrevista en la Ciudad de México.

Alejandra se refiere a que entre 2000 y 2012 ya había 73 periodistas asesinados en México, según el conteo que realiza la organización Artículo 19, que ahora se alza con 161 homicidios de comunicadores entre 2000 y 2023.

Ella quería escribir su tesis de licenciatura sobre el tema, pero no logró cuajar la idea como pretendía, pero el plan de ahondar en esta problemática continuó y en la Universidad de Columbia planteó hacer su tesis sobre un caso en particular, pero sus asesores rechazaron el plan, al considerar que era demasiado peligroso.

“Me dicen: ‘Por supuesto que no, esto es muy riesgoso, eres una alumna, la universidad no se va a poner en esa situación a mandarte a Veracruz a investigar a un asesinato. No, escoge otro tema’”, narró Alejandra. Sus asesores tenían razón, ya que Veracruz es el estado con más asesinatos de periodistas con 31 casos.

Su tesis de maestría fue de otro tema, pero Alejandra cuenta que mientras trabajaba como becaria con el decano de la universidad en asuntos de inmigración le tocó cubrir la historia de Emilio Gutiérrez Soto, un periodista de Chihuahua que pidió asilo a EE.UU., pero en 2017 con las políticas del expresidente Donald Trump fue procesado para su deportación.

Alejandra narra que entrevistó a Gutiérrez Soto, quien estuvo amenazado de muerte en su estado y cuyo trabajo publicado en internet desapareció. De ahí surgió el plan de la investigadora y autora: armar un archivo que conserve el trabajo de los periodistas asesinados en México, para que su legado no se pierda, acervo conservado bajo el proyecto “Defensores de la Democracia”.

“Ahí surge mi cosquillota, de decir, a ver, este es un tema que a mí me ha interesado siempre [pero] a lo que yo nunca había prestado atención era al trabajo [de los periodistas asesinados] y como que me meto a ver un poquito y me doy cuenta de que efectivamente muchos publicaban en blogs, en sus propios sitios de internet, en semanarios de su propia creación, después en redes sociales, en radios comunitarias”, compartió. “Y me empiezo a dar cuenta de que muchos de los blogs donde publicaron ya no existen; entonces ahí aplico al primer financiamiento y les digo que quiero hacer un archivo que rescate este trabajo [de estos periodistas] antes de que desaparezca y empezar a entender quiénes eran a través de su trabajo”.

Los motivos de asesinatos, un debate abierto

Alejandra reconoce que hay un debate en México sobre cuáles son los periodistas que son asesinados y hay quienes creen que son aquellos dedicados a investigaciones de mediano y largo aliento, pero ella –con base en trabajo documental de años– considera que no es así, algo que incluso a ella misma le sorprendió.

“Me dan el financiamiento y empiezo a recolectar los trabajos y lo primero que me surge es como una gran sorpresa, porque digo: ¿cómo es posible que este periodismo tan sencillo, sin que sencillo sea demeritarlo, sea tan letal?”, expresó. “Yo sí me imaginaba que [el motivo] tendría que ser algo como muy sofisticado, como encontrar documentos muy cañones, ¿no?, y no”.

Lo que Alejandra encontró como denominador de los casos que ha investigado es que los periodistas asesinados son, en su mayoría, independientes o medios muy pequeños, que cubren información local, ya sea comunitaria, de seguridad o política.

“Estar ahí [en su comunidad] y no quitar el dedo del renglón y decir: esto está pasando, esto está pasando, esto está pasando, la calle está llena de baches, el hospital no tiene medicinas, la escuela no se construyó”, destacó.

Sin culpables condenados

Uno de los casos que más impacto han causado a Alejandra es el de Nevith Condés Jaramillo, asesinado en Tejupilco, Hidalgo, por los reportes que hacía en YouTube en su canal “El Observatorio del Sur”, historia que la autora narra en otros de sus proyectos, el podcast Voces silenciadas.

“El caso que, desde que empecé a trabajar con el podcast, no puedo dejar de pensar en él, es el caso de Nevith Condés Jaramillo, que además es muy ejemplificativo de muchos otros casos”, razona la autora. “Empecé a pensar, ¿qué tienen en común estos trabajos? O sea, por qué México es tan peligroso para los periodistas; no tenemos un dictador, no tenemos como una política central de censura, pero sí es algo sistémico [contra periodistas]”.

Justo el caso de Condés Jaramillo ha sido el pivote para que Alejandra lograra entender los parámetros, las coincidencias de los asesinatos y una lamentable verdad: no hay acusados detenidos o sentenciados, al menos para la mayor parte de los casos.

“O sea, una de las cosas que decía es, bueno, a ver […] ninguno de los casos tiene un asesino intelectual, procesado, o condenado, o sentenciado que pueda haber dicho, ¿por qué? ¿Por qué lo mandó asesinar? ¿Por quería que lo mataran? ¿Por qué se mató a un periodista?”, expresó. “Y ante la ausencia de la respuesta oficial o de la verdad, en un proceso de justicia que no sucede, yo decía, bueno, a ver qué sí sabemos. […] Entonces dices, ¿qué tienen en común estas cosas si parecieran ser tan diferentes? Y a la hora que uno lo analiza desde la perspectiva de que es la gente que tiene el poder en ese lugar o en ese tema. […] Lo que tienen en común es que retan a esa narrativa, ¿no?, o sea, es decir, retan la narrativa del alcalde; retan la narrativa del Mini Lic. o la cuestionan y eso en todos los casos”.

Alejandra habla del “Mini Lic”, el hijo de Dámaso López Núñez, “El Lic”, compadre y socio de “El Chapo” Guzmán en el Cártel de Sinaloa, quien enfrentó una batalla por el control de esa organización criminal con “Los Chapitos”. Cuando “El Lic” es detenido y extraditado a EE.UU., su hijo asume el poder, pero el periodista Javier Valdez, de Ríodoce, cuestionaba que tuviera dicha capacidad de liderazgo y eso, quizás, fue el motivo de su asesinato. Alejandra insiste que, si bien Valdez era un periodista conocido por su investigación, sus crónicas, el motivo de su asesinado pudo no ser necesariamente motivada por una gran investigación, sino por cuestionar “el poder” local, en este caso, el de “Mini Lic”, quien es señalado como el autor de su asesinato.

El periodista Javier Valdez fue asesinado el 15 de mayo de 2017 en Culiacán, Sinaloa. / FOTO: HECTOR GUERRERO/AFP via Getty Images

En pocas palabras, estos periodistas asesinados vivían en las comunidades donde cuestionaron el poder, ya fuera político o de la delincuencia local, pero su vulnerabilidad estaba en que eran miembros de esa población, es decir, objetivos fáciles por denunciar o cuestionar un hecho en particular.

“El libro habla de mujeres que son emboscadas por expresar sus opiniones en radios comunitarias o ejecutadas por denunciar abusos de empresas; de reporteros que con sus propios medios y en diversas plataformas, que van del megáfono a Facebook, alertan de malos manejos de funcionarios o de alcaldesas cegadas por el poder; de periodistas que expusieron las acciones del narco olas trampas de grupos políticos y todos, sin excepción, fueron liquidados por denunciar y exigir la justa rendición de cuentas”, se le en la cuarta de forros.

Los lectores conocerán la historia de algunos de estos periodistas a través de su trabajo y podrán hacerse una idea del poder y el peligro de alzar la voz. El libro puede adquirirse en México y en Amazon en EE.UU.

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