MADRID.- Una nueva victoria blanca, tras siete años de historia, llegó en el verano madrileño de 2024. Kyliam Mbappé, aquel niño que una vez pisó los campos de entrenamientos del Madrid de la mano de Zinedine Zidane, y que en 2017 comenzó su relación de amor y desamor con el club banco, hoy finalmente se pone la camiseta blanca con el dorsal ‘9’.

Un día después de una tarde-noche completamente roja, con Álvaro Morata –viejo madridista- como guía del baile, donde celebraron quizás el hito más importante del fútbol español en los últimos años, la ciudad de Madrid se vistió de blanco una vez más en un año glorioso para el madridismo.

En las calles, desde antes de las 9:00 de la mañana (hora de Madrid) y antes que el propio Mbappé, muchos madridistas ya lucían ese dorsal estampado en la camiseta blanca. Esperaban acceder al estadio, a las 10:30, tras largas colas que se hacían cortas si pensaban en ver al que debería ser el nuevo gran ídolo blanco.

Poco a poco, el “Real Madrid” rotulado en las sillas del estadio de La Castellana, se fue tapando por los aficionados que iban entrando. Bocinas, gritos, brincos y euforia cada vez que en las pantallas mostraban al astro francés, primero pasando el reconocimiento médico y luego en el asiento trasero del carro que lo llevaba a su nueva casa.

Pasó por su nuevo vestuario, vio las 15 Copas de Europa, firmó su contrato junto a Florentino y posó con su nueva camiseta. Todo ante la mirada de los aficionados que, ya a las 11:30 poblaban buena parte del estadio.

A las 12:47 Kylian Mbappé, ya vestido completamente de blanco, con el dorsal que lo acompañará desde el comienzo, saltó al césped del Santiago Bernabéu. Florentino Pérez, presidente del Club, dio la voz de partida para que el nuevo jugador saludara a su nueva afición. Entre los asistentes ya no existe sensaciones de engaño, de traición ni de enfado. Por el contrario, todos corean “Mbappé, Mbappé” visiblemente emocionados.

El esperado “que bese el escudo”, salió de cada garganta a minutos de haberle dado la palabra al astro francés. El gesto fue correspondido y el estadio estalló en un solo grito. «Es increíble estar aquí. Se hace realidad mi sueño. Soy un chico feliz hoy», fue lo primero que compartió, en perfecto español, el jugador galo. «Gracias a Florentino Pérez. Confió en mi desde el primer día. Pasaron muchas cosas, pero al final estoy aquí», continuó.

Por si acaso no era ya suficiente, Mbappé volvió a conectar con la afición. «Mi único sueño desde niño era jugar aquí. Gracias al público que me ha dado tanto amor. Eso va directamente a mi corazón». La reacción fue un enorme estruendo. «Mi otro sueño es estar a la altura de este club. El mejor del mundo. Voy a dar la vida para este club y este escudo».

La larga espera, nunca antes mejor dicho tras siete años de intentos fallidos, terminó para los aficionados del Real Madird. Kylian Mbappé ya es jugador blanco.