Condados como Hillsborough, Sarasota, Pinellas, Brevard y Lake, entre otros, reportaron fallos en sus sitios web, de acuerdo con Byrd.
A pesar de estos problemas, la oficina del secretario de Estado aseguró que la recolección de los votos no se vio afectada en ningún momento, y que los resultados se estaban recibiendo correctamente desde los condados, aunque estos tenían dificultades para publicarlos en línea.
Incidentes en Broward
En el condado de Broward, los resultados no estuvieron disponibles inmediatamente en su sitio web tras el cierre de las urnas a las 7 p.m., lo que provocó que aquellos que intentaron acceder a la información se encontraran con un error en la página.
Sin embargo, el problema fue solucionado en aproximadamente una hora, de acuerdo con las autoridades electorales.
El supervisor electoral de Broward, Joe Scott, explicó que el proveedor VR Systems asumió la responsabilidad del fallo, después de admitir que su sistema no pudo manejar la alta demanda de tráfico en el momento del cierre de las urnas.
Scott, según dijo, ya estaría evaluando la posibilidad de reemplazar el sistema para las elecciones de noviembre, reportó el canal NBC6.
Miami-Dade sin problemas
De los 67 condados de Florida, 66 utilizan el mismo proveedor, con la excepción de Miami-Dade, que no experimentó ningún inconveniente técnico.
Scott comentó que está considerando adoptar un sistema similar al de Miami-Dade, que opera de manera independiente al resto del estado y funcionó sin problemas aparentes.
A lo largo de la jornada electoral, el Departamento de Elecciones de Miami-Dade confirmó a DIARIO LAS AMÉRICAS que no se habían reportado fallas y que las elecciones se desarrollaron «con normalidad», según Roberto Rodríguez, portavoz de la agencia electoral del condado.
Este tipo de incidentes técnicos puede generar dudas y preocupaciones entre los votantes sobre la integridad del proceso electoral.
Aunque las autoridades han asegurado que los resultados no se vieron comprometidos, la falta de transparencia y los problemas en la comunicación de los resultados podrían erosionar la confianza pública en el sistema electoral, especialmente en un contexto donde la precisión y la rapidez son cruciales para garantizar la credibilidad de las elecciones.
