Esta semana, la reportera Susan Glasser del New Yorker, dijo en una charla con Charlie Sykes de The Bulwark lo que ella creía que era la “última estafa” del magnate.
Glasser habló sobre cómo Trump presionó para obtener la nominación para el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos sin éxito para lograr que Corea del Norte renunciara a sus armas nucleares.
En febrero de 2019, Trump dijo que Abe había hecho la nominación y le había entregado una copia de la carta de cinco páginas que había enviado al comité del Premio Nobel en Oslo.
“El primer ministro Abe de Japón me dio la copia más bella de una carta que envió a las personas que otorgan algo llamado Premio Nobel”, expresó en ese momento el expresidente.
“Donald Trump se jactó y se jactó y se jactó de su, por cierto, acuerdo nuclear inexistente con Kim Jong-un”, señaló la reportera.
“Y él iba a los mítines y decía: ‘¡Puedes creerlo, el primer ministro de Japón me ha nominado para el Premio Nobel de la Paz!’”, añadió.
Pero, detrás de esa nominación al Nobel para Trump, había algo oculto.
“Luego nos enteramos, en el curso de los informes para este libro, que, de hecho, la razón por la que Shinzo Abe nominó a Donald Trump para el Premio Nobel de la Paz es que el exmandatario lo invitó a una cena privada, solo ellos dos, en Trump. Tower en el otoño de 2018 en el que le pidió a Shinzo Abe que lo nominara“, relató Glasser.
La reportera indicó que al final de cuentas, al expresidente no le interesaba ganar el premio, tanto como poder presumir de haber sido nominado.
“Para mí, ese es el último timo”, expresó Glasser. “Un acuerdo nuclear falso, una nominación falsa para el Premio de la Paz, lo tiene todo”.
Al final, el expresidente Trump no consiguió el Premio Nobel de la Paz.
