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miércoles, abril 24, 2024

¿Será la fuente de la juventud? Experimento muestran que el envejecimiento es un proceso reversible

La humanidad ha estado buscando la forma de detener el envejecimiento y un reciente estudio muestra que no solo se puede detener, sino que también puede ser revertido ese proceso natural de los seres vivos.

Un estudio internacional de 13 años de duración encabezado por la Harvard Medical School demuestra por primera vez que la degradación del modo en que se organiza y regula el ADN -lo que se conoce como epigenética- puede impulsar el envejecimiento de un organismo, pero su restauración puede revertirlo.

El trabajo, cuyos resultados fueron publicados en la revista “Cell”, demuestra que un fallo en la información epigenética provoca el envejecimiento de los ratones y que restaurar la integridad del epigenoma revierte esos signos de envejecimiento.

“Creemos que el nuestro es el primer estudio que demuestra que el cambio epigenético es el principal impulsor del envejecimiento en los mamíferos”, afirma el autor principal del trabajo, David Sinclair, profesor de Genética del Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard y codirector del Centro Paul F. Glenn de Investigación en Biología del Envejecimiento.

Los autores afirman que, dado que es más fácil manipular las moléculas que controlan los procesos epigenéticos que revertir las mutaciones del ADN, el trabajo apunta a nuevas vías centradas en la epigenética más que en la genética para prevenir o tratar los daños relacionados con la edad.

“Esperamos que estos hallazgos transformen nuestra forma de ver el proceso de envejecimiento y de abordar el tratamiento de las enfermedades asociadas a él”, afirma Jae-Hyun Yang, coautor del estudio e investigador en genética del laboratorio Sinclair.

Pruebas en ratones

El principal experimento del equipo consistió en crear cortes temporales y de rápida curación en el ADN de ratones de laboratorio.

Estos cortes imitaban las roturas continuas y de bajo grado que las células de los mamíferos experimentan a diario en respuesta a factores como la respiración, la exposición a la luz solar y los rayos cósmicos o el contacto con determinadas sustancias químicas.

En el estudio, para comprobar si el envejecimiento es consecuencia de este proceso, los investigadores aceleraron el número de roturas para simular la vida en avance rápido.

Los científicos notaron que a medida que los ratones perdían su función epigenética juvenil, empezaban a parecer y actuar como ancianos. Observaron un aumento de los biomarcadores que indican envejecimiento. Las células perdieron su identidad como células musculares o cutáneas, por ejemplo. La función de los tejidos se debilitó. Los órganos fallaban.

En comparación con los ratones no tratados nacidos en la misma época, los ratones modificados habían envejecido significativamente más.

A continuación, los investigadores administraron a los ratones una terapia génica que revirtió los cambios epigenéticos que habían provocado.

“Es como reiniciar un ordenador que funciona mal”, explica Sinclair.

La terapia administró un trío de genes -Oct4, Sox2 y Klf4, denominados conjuntamente OSK- que son activos en las células madre y pueden ayudar a rebobinar las células maduras a un estado anterior.

Los órganos y tejidos de los ratones modificados recuperaron un estado juvenil.

La terapia “puso en marcha un programa epigenético que llevó a las células a restaurar la información epigenética que tenían cuando eran jóvenes“, dijo Sinclair. “Es un reseteo permanente”.

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