Ciudad de Guatemala, 17 julio (Diestra).- Sololá llora otra vez a dos de sus hijos menores de edad que murieron en un camión de migrantes en San Antonio, Texas (EEUU) el 27 de junio. El sábado sepultó a uno de 13 años y ahora vela los restos de los otros de 14 y 17 años, respectivamente.
Iba en busca de mejorar sus condiciones de vida y también para que sus familias salieran de la pobreza, pero ahora sus parientes no solo los perdieron, sino que quedaron endeudados.
Según la Cancillería, suman tres los cuerpos repatriados vía aérea deste territorio estadounidense de los 21 guatemaltecos que murieron asfixiados en el interior del camkón que fue abandonado por los coyotes. Cuatro supuestos responsables han sido detenidos.
Los últimos dos cadáveres repatriados son los de Wilmer Tulúm, de 14 años, y Jhony Tziquín, 17, originarios de la aldea Tzucubal, que una parte está en Nahualá y la otra en Santa Catarina Ixtahuacán, ambos municipios del departamento de Sololá que mantienen un conflicto por disputas territoriales y que en la actualidad están bajo un estado de sitio.
Los dos eran amigos de Pascual, de 13 años, cuyos restos fueron inhumados este sábado, aunque solo Wilmer viajó junto a Guachiac. Los restos de los dos menores serán sepultados este lunes en la comunidad que los vio nacer y crecer. Por ahora se desconoce la fecha en la que serán repetriados los otros 18 cadáveres-
Dan último adiós a Pascual
Por Armando Hernández La Opinión
Pascual Melvin Guachiac Sipac fue enterrado en el municipio de Nahualá, en la Ciudad de Guatemala. A sus 13 años, su sueño americano, de viajar a Estados Unidos para trabajar y ayudar a su familia se vio roto al morir dentro de un tráiler en Texas.
Así, sus familiares y amigos le dieron el último adiós al enterrarlo en el oeste del país, después de que perdiera la vida el pasado 27 de junio asfixiado, junto a otros 52 migrantes.
Según autoridades, el adolescente de 13 años es la primera víctima fatal de la tragedia de Texas repatriado a Guatemala, en total, 21 guatemaltecos perdieron la vida, asfixiados en un camión que fue abandonado por traficantes de personas en una carretera de San Antonio, Texas.
Se trató de una de las peores tragedias migrantes en Estados Unidos, donde se estima que las personas permanecieron varias horas encerrados en el camión. Junto a Melvin, Wilmer Tulul, 14 años, también murió.
Con una banda de música y globos blancos y negros, miles de personas de varias comunidades homenajearon al menor en la misma escuela donde antes jugaba en sus horas de recreo y donde estudió su educación primaria y un año de secundaria.
Casimiro Guachiac confesó que se enteró de la muerte de su hijo estando en Estados Unidos. Un año antes, él había hecho el mismo viaje para migrar, incluso dentro de un tráiler, pero él sí llegó a salvo. Tras la muerte de su hijo decidió volver a Guatemala.
Varios expertos y cifras oficiales estiman que son más de 300,000 los guatemaltecos que cada año intentan llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, entre ellos los miles de ellos menores de edad enviados por sus padres.
