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lunes, mayo 13, 2024

Trump presionó a Pence para revocar las elecciones aunque sabía que el plan era ilegal

Por María Ortíz La Opinión

El expresidente Donald Trump sabía que su plan para revocar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 era ilegal, pero aún así, continuó desarrollándolo y exigió a su exvicepresidente Mike Pence que revocara los resultados del Colegio Electoral que daban como ganador a Joe Biden, en una acción que cambiaría la certificación de la votación en el Congreso y que Pence se negó a obedecer.

Así se dio a conocer en la tercera audiencia televisada del comité de la Cámara de Representantes que investiga el ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de Estados Unidos, celebrada el jueves y que se centró en la presión del expresidente Donald Trump y sus aliados sobre el exvicepresidente Mike Pence para que anulara la elección.

En la sesión del miércoles, el abogado general de Pence, Greg Jacob, y el renombrado juez conservador jubilado J. Michael Luttig se presentaron como testigos, y además se presentaron documentos y grabaciones.

Según uno de los juristas que comparecieron como testigos, Mike Pence evitó una revolución en el país dentro de una “crisis constitucional paralizadora” al desobedecer a Trump.

Bajo la lupa del comité estuvieron en concreto las presiones que sufrió Pence por parte del presidente para que bloqueara la ratificación del resultado de los comicios de noviembre de 2020, en los que perdió Trump frente a Biden.

El 6 de enero, Pence presidía una sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso para refrendar el triunfo del demócrata, que se vio suspendida durante horas por la irrupción de cientos de seguidores de Trump en el Capitolio.

El entonces presidente presionó a Pence públicamente y en privado para que bloqueara esa sesión legislativa, al alegar sin pruebas que los demócratas habían cometido fraude electoral y tratar de impedir así la ratificación de la victoria de Biden, aunque tanto Trump como sus aliados sabían que ese plan era ilegal y contrario a la Constitución.

Al menos una persona pareció pensar que el 6 de enero fue un momento históricamente singular y peligroso: el propio Mike Pence.

El comité reprodujo un video del testimonio anterior de Greg Jacob, en el que Jacob describió el proceso para redactar la declaración de Pence rechazando el plan del equipo de Trump. Dijo que Pence quería que fuera “así” porque “esto puede ser lo más importante que he dicho”.

Uno de los testigos, el juez jubilado Michael Luttig, que fue asesor informal de Pence, subrayó que si el entonces vicepresidente hubiera obedecido ese día a Trump, “EE.UU. se hubiera hundido de inmediato en lo que hubiera equivalido a una revolución dentro de una crisis constitucional paralizadora”.

En los videos proyectados en la audiencia, aparecieron varios testigos interrogados en el pasado por el comité, entre ellos la hija y exasesora de Trump, Ivanka Trump, que declararon que el entonces presidente mantuvo una conversación telefónica con Pence en la mañana del 6 de enero.

Ivanka Trump describió esa llamada como una conversación “bastante acalorada” y dijo que su padre empleó un tono de voz distinto al utilizado con Pence veces anteriores, mientras que un asistente personal del mandatario, Nick Luna, recordó oír a Trump llamar al vicepresidente “pelele”.

En otra grabación, el exjefe de Gabinete de Pence, Mark Short, aseguró que Trump mintió a la prensa al asegurar en un comunicado publicado la víspera del asalto al Capitolio que el vicepresidente respaldaba su plan para revocar el resultado de los comicios.

De acuerdo a Short, el 5 de enero Pence comunicó a Trump que no podía hacer nada para revocar su derrota y poco después el diario The New York Times publicaba una información sobre lo ocurrido en esa reunión, a lo que el mandatario respondió con un comunicado donde decía que ambos estaban “absolutamente de acuerdo en que el vicepresidente tiene poder de actuar”.

Short tachó de “falso” ese comunicado y apuntó que Trump “tergiversó el punto de vista del vicepresidente”.

Buena parte de la sesión estuvo dedicada a los esfuerzos de uno de los exabogados de Trump, John Eastman, quien desarrolló por escrito la teoría de que Pence, en calidad de vicepresidente, tenía prerrogativas para decidir el resultado de la elección, pese a ser consciente de que esto no tenía sustento legal.

La legisladora Liz Cheney, uno de los dos republicanos que forman parte del comité y que está enfrentada a Trump, destacó durante su intervención que el expresidente y Eastman conspiraron para presionar a Pence para que bloqueara los resultados.

Por su parte, Jacob aseguró que el propio Eastman le dijo que sabía que su teoría no se sostendría ante el Tribunal Supremo.

De hecho, el propio Eastman escribió por correo electrónico al entonces abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, días después del 6 de enero para pedir que le incluyera en una lista de posibles receptores de un indulto presidencial, que finalmente no obtuvo.

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