MIAMI.- La Cámara de Florida aprobó el proyecto de ley que restringe el acceso de menores a las redes sociales, vetado en una primera versión por el gobernador Ron DeSantis, y ahora el propuesta legislativa pasa a la firma del titular del gobierno estatal en Tallahassee.

La Cámara Baja votó 109-4 a favor de aprobar la medida HB 3, que fue previamente aprobada por el Senado, con una serie de cambios sugeridos por el gobernador DeSantis.

Qué establece la ley

La legislación prohibiría a los menores de 16 años crear cuentas en redes sociales, con excepciones para aquellos de 14 y 15 años que obtengan el consentimiento de sus padres. Los menores de 14 años no podrían abrir cuentas en esas comunidades virtuales.

La propuesta original vetada por DeSantis incluía requisitos de verificación de edad para esas plataformas. Sin embargo, la versión actual exige verificación de edad para evitar que los menores de 18 años accedan a sitios pornográficos en línea.

El proyecto de ley no especifica qué plataformas de redes sociales se verían afectadas, pero define criterios relacionados con características adictivas e interacciones de usuarios.

Apoyo y oposición

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Renner, enfatizó la importancia de abordar el impacto de las redes sociales en el bienestar de los niños.

Según Renner, estas plataformas podrían ser comparadas con «callejones oscuros«, en donde los menores estarían expuestos a ser contactados por depredadores sexuales.

Grupos de la industria de las redes en línea y de libertad de expresión han expresado preocupaciones sobre posibles desafíos a la Primera Enmienda, que se deriven de la nueva norma. Algunos argumentan que la medida podría restringir derechos constitucionales.

Los defensores de la legislación sostienen que el proyecto de ley busca abordar la naturaleza adictiva de las plataformas de redes sociales, en lugar de restringir el contenido y creen que puede resistir desafíos en las cortes.

A pesar de la oposición, los patrocinadores del proyecto de ley lo ven como un avance en la crisis del impacto de las redes sociales en los niños, con planes para acciones adicionales si es necesario.