REINO UNIDO.- El laboratorio AstraZeneca admitió recientemente, que su dosis inmunizante contra el COVID-19 puede acarrear trombosis como efecto secundario, declaración que causó estupor entre los pacientes que se colocaron la vacuna y ahora exigen a través de una demanda resarcir los daños.

El fármaco, producto de la colaboración entre esa compañía farmacéutica y la Universidad de Oxford, sería la causa lesiones graves en un número limitado de casos, detalló el portal web The Telegraph

Los abogados de los demandantes sostienen que la vacuna produjo un efecto secundario que ha tenido un efecto devastador en un pequeño número de familias.

«El primer caso fue presentado el año pasado por Jamie Scott, padre de dos hijos, que quedó con una lesión cerebral permanente después de desarrollar un coágulo de sangre y una hemorragia en el cerebro que le impidió trabajar después de recibir la vacuna en abril de 2021. El hospital llamó a su esposa tres veces para decirle que su marido iba a morir», reseña The Telegraph.

Por su parte, AstraZeneca desestima las acusaciones. Sin embargo, aceptó, en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior en febrero, que su vacuna COVID “puede, en casos muy raros, causar TTS”, reseña el portal web.

Sólo 8% de los pacientes con COVID-19 requerían antibióticos

Alrededor del 75 por ciento de los pacientes hospitalizados por COVID-19 en todo el mundo fueron tratados con antibióticos, aunque solo el 8 por ciento los necesitaba realmente por tener coinfecciones bacterianas, según advierte la Organización Mundial de la Salud.

Estos nuevos datos de la OMS muestran que hubo un «amplio uso excesivo» de antibióticos durante la pandemia en todo el mundo, lo que puede haber exacerbado la propagación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM).

La razón por la que tantos pacientes fueron tratados con antibióticos fue «por si acaso» servían de ayuda. El uso de antibióticos osciló entre el 33 por ciento de los pacientes de la Región del Pacífico Occidental y el 83 por ciento de los de las Regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, mientras que aumentaron en África.

La mayor tasa de uso de antibióticos se observó entre los pacientes con COVID-19 grave o crítico, con una media mundial del 81 por ciento. En los casos leves o moderados, había una variación considerable entre regiones, con el mayor uso en la Región de África (79%).

FUENTE: Redacción/Con informacion de Europa Press