El presidente Joe Biden puso fin oficialmente el lunes a la emergencia sanitaria nacional de Estados Unidos por el COVID que durante más de tres años sustentó esfuerzos para brindar atención a un país donde más de un millón de personas murieron a causa de la enfermedad.
Esto cierra flujos de financiación para pruebas de COVID, vacunas gratuitas y otras medidas de emergencia combinadas, a partir de enero de 2020, para tratar de liberar a la economía más grande del mundo de las garras de la pandemia global.
La firma de Biden da luz verde a la normativa, que fue aprobada por la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, el pasado 31 de enero.
La nueva ley da fin a las actuales declaraciones de emergencia nacional y de emergencia de salud pública, decretadas por el expresidente Donald Trump en 2020.
En un principio, el gobierno de Biden se opuso al entonces proyecto de ley, señalando que, de ser aprobado, crearía un “enorme caos e incertidumbre en el sistema de salud de EE.UU”.
La Casa Blanca había señalado a finales de enero su intención de dejar de considerar el covid-19 una emergencia nacional el 11 de mayo, para evitar este tipo de consecuencias perjudiciales.
Entre ellas, la administración demócrata señaló un fin abrupto del Título 42, una controvertida norma sanitaria que permite expulsiones en caliente de migrantes en la frontera con la excusa de la pandemia.
Aunque Estados Unidos cierra así el entorno de la pandemia mundial en el país, la administración Biden ya está trabajando en una vacuna de próxima generación y otras medidas para combatir cualquier variante futura del virus, dijo la Casa Blanca.
“El Proyecto NextGen acelerará y agilizará el rápido desarrollo de la próxima generación de vacunas y tratamientos a través de colaboraciones público-privadas”, dijo un alto funcionario de la administración.
