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jueves, septiembre 19, 2024

Hispana hace sueño realidad: abre sus Salsas Chingona

ABrenda Apolinar se le hizo realidad su sueño, abrir su propia tienda para vender sus Salsas Chingona, un negocio que emprendió durante la pandemia de covid-19 cuando se quedó sin empleo.

“Le digo a mi esposo que nunca pensé que perder mi trabajo me iba a empujar a hacer algo”, dice Brenda, madre de un hijo de 19 años y una niña de 11 años.

Explica que las Salsas Chingona son un negocio familiar en el que participan su esposo, sus hijos; y por supuesto, ella.

“Hasta la más chica, me ayuda”, dice Brenda.

Brenda Apolinar con el concejal Tim McOsker el día de la apertura de las Salsas Chingona. (Fotos Cortesía Arturo García/ Brenda Apolinar)

Animada por sus amigos, que la felicitaban cada vez que probaban su comida, esta madre se lanzó al negocio de las salsas caseras en el invierno de 2021, cuando el restaurante para que el trabajaba en Long Beach, cerró sus puertas en el 2021 debido a la crisis de salud provocada por covid-19.

“Cuando me decían que todo estaba muy rico, mi esposo, me decía, ay si, muy chingona”.

Así fue como decidió ponerle a su naciente microempresa, Salsas Chingona, en alusión al nombre que le aplicaba su esposo cuando sus amistades halagaban sus creaciones culinarias.

Las deliciosas Salsas Chingona (Cortesía Brenda Apolinar)

Brenda comenzó a vender sus salsas en mercadillos de San Pedro donde vive; y entonces empezó a hacer relaciones y la clientela creció.

Considera que sus salsas han sido muy gustadas porque son hechas en casa, con recetas familiares; son envasadas en contenedores de plástico libres de contaminantes y no llevan conservadores químicos.

Brenda Apolinar con sus Salsas Chingona.(Cortesía Brenda Apolinar)

Ha creado siete diferentes tipos de salsa, la de aguacate, la roja de molcajete, la de mango con chile de árbol, la salsa cruda, y tres salsas enchilosas: la de chiles secos, la roja con chile Fresno; y la picosa con chile habanero.

“También hago salsa roja, salsa de mole, salsa verde, lista para que con ellas prepararen enchiladas, y tengo además chiles jalapeños en vinagre”.

Asimismo ha incorporado a su menú, los dips de frijoles refritos, guacamole, y de queso con jalapeño para comer con chips.

“Mi prioridad es que mis salsas tengan mucho sabor”, dice.

En el Farmers Market donde Brenda Apolinar comenzó. (Cortesía Brenda Apolinar)

Brenda nació en México, pero fue traída por su madre a Estados Unidos, cuando tenía solo dos años de edad.

“Al principio, era solo vender mis salsas por Instagram, en los mercados al aire libre (farmer markets) o en cualquier lugar donde se podía”.

Brenda Apolinar con su esposo Benjamín, su hijo del mismo nombre y su hija menor Izzy. (Fotos cortesía Brenda Apolinar)

Pero dentro de sí, albergaba un deseo enorme por tener su propio local. El 22 de abril, acompañada por el concejal Tim McOsker, y representantes de la Cámara de Comercio de San Pedro, inauguró su negocio Salsas Chingona.

“Estamos en el 112 east de la calle 22 en San Pedro, 90731, en un lugar que se llama Crasted, que es una bodega muy grande, que alberga entre 50 y 60 negocios”.

Brenda Apolinar con su madre, su mayor inspiración. (Cortesía Brenda Apolinar)

Ahí pueden encontrar las Salsas Chingona de 11 de la mañana a 6 de la tarde, viernes, sábado y domingo; y en el Farmers Market de San Pedro, los viernes de 10 am  a 2 pm.

“Al mismo tiempo, pueden hacer sus pedidos de salsa por mi página en Instagram”.

Brenda dice que se siente muy alegre y satisfecha de contar ya con su propio establecimiento en San Pedro; al mismo tiempo logró su certificación para vender en los farmers market y ya cuenta con acceso a una cocina industrial.

“Ese fue siempre mi sueño, tener un negocio en la ciudad donde crecí”, confiesa.

Salsas con mango. (Cortesía Brenda Apolinar)

Pero eso no es todo, esta madre hispana ha lanzado una serie de productos con el logo de Chingona.

“Tenemos tablas para cortar, cucharas para cocinar, vasos para servir vino, y bolsas para el mercado, entre otras mercancías; y no saben el gusto que me da cuando veo alguien con algún producto que tenga mi logo”.

A pesar de que está orgullosa de lo logrado, Brenda aún va por más: “Me gustaría un día, que mis salsas se vendan en cualquier supermercado; y abrir más tienditas dedicadas a la venta de Salsas Chingona”.

“También estoy dando clases sobre cómo hacer salsas”, dice.

Algunos de los productos con el logo La Chingona.(Cortesía Brenda Apolinar)

Brenda dice que las salsas le han dado independencia económica y le han permitido obtener mayores ingresos que como empleada.

Lo mejor de todo es que ser dueña de su propio negocio, le permite desarrollar su creatividad y estar más cerca de sus dos hijos.

“Ahora hasta soy una voluntaria de una organización que da comida a los inmigrantes”, dice.

En Instagram la encuentras como Chingona_en_la_cocina; y en Facebook en: https://www.facebook.com/salsaschingona. Pueden ordenar asimismo en el sitio: https://salsaschingona.square.site

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