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sábado, julio 27, 2024

La desesperada huida de Sudán, el país con la mayor crisis de desplazados del mundo

“Me dejaron en el desierto con mi madre muerta”, cuenta Om Salma*, quien fue abandonada por un grupo de traficantes de personas en algún lugar del camino de Sudán a Egipto.

La joven de 25 años dice que su madre murió cuando el camión descapotable en el que viajaban se estrelló. Producto del choque su progenitora fue arrojada fuera del vehículo.

En llanto, Om Salma fue sacada del camión, junto con sus hermanos y las pocas pertenencias que tenían. Los contrabandistas se negaron a transportar el cadáver y, ante el dolor de la joven, se marcharon.

Om Salma y su familia intentaban escapar del conflicto en Sudán, que la Organización de Naciones Unidas (ONU) describe como “la mayor crisis de desplazamiento del mundo”.

Según la ONU, más de ocho millones de personas han sido desplazadas por la fuerza desde que estallaron en abril los violentos enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).

Se estima que 450.000 personas abandonaron Sudán en los últimos 10 meses para cruzar la frontera hacia Egipto.

personas viajan en una camioneta por el desierto entre sudán y egipto

BBC
Mucha gente viaja en camiones descapotables como este por el desierto de Sudán.

Escapar

El año pasado estallaron intensos combates en Jartum, la capital del país, como resultado de una feroz lucha de poder entre varios dirigentes militares. Rápidamente se extendió por todo Sudán y obligó a muchas personas a huir de sus hogares.

A medida que los combates se acercaban a Omdurman, la ciudad natal de Om Salma, ella podía oír disparos.

“Tuvimos que irnos. Nuestras vidas estaban en peligro”.

El tráfico de personas está muy extendido a lo largo de los 1.200 kilómetros de frontera entre ambos países africanos. Los traficantes, en su mayoría hombres, suelen estar involucrados en la extracción de oro en el norte de Sudán y el sur de Egipto.

Ya trabajan en la zona, conocen el duro terreno desértico y tienen acceso a camiones para transportar personas.

Om Salma y su familia se dirigieron a la ciudad de Gabgaba, en el norte. Este es un conocido punto de partida para el contrabando de personas a través de la frontera, hasta tal punto que los lugareños lo han apodado aeropuerto de Gabgaba.

A Om Salma le dijeron que los transportarían a través del desierto y la frontera hasta la ciudad de Asuán, en el sur de Egipto.

Ya habían viajado durante ocho horas y se detuvieron a dormir durante la noche antes de que ocurriera el accidente.

Personas sentadas en la parte trasera de camiones en el desierto sudanés

BBC
Se estima que unas 450.000 personas cruzaron la frontera de Sudán hacia Egipto en los últimos 10 meses.

Finalmente, después de horas de espera en el desierto, Om Salma detuvo un auto.

Logró convencer al conductor, que transportaba alimentos y aparatos eléctricos desde Egipto a Sudán, para que los llevara junto con el cuerpo de su madre a la ciudad de Abu Hamad, donde se habían alojado anteriormente.

La familia llegó sana y salva a Abu Hamad, donde más tarde pudieron enterrar a la madre de Om Salma.

Hay más historias

Ibrahim*, quien ahora se encuentra en El Cairo, dice que cuando lo sacaron clandestinamente de Sudán, un hombre con el que viajaba se rompió el cuello y murió después de que el camión en el que iban chocó contra una roca.

El hombre estaba solo y, a pesar de los pedidos del grupo, los contrabandistas insistieron en dejar su cuerpo y enterrarlo en el desierto.

“Todo el mundo estaba horrorizado. Yo miraba la tumba sin nombre desde la ventana mientras nos alejábamos, mientras las mujeres y los niños en el camión lloraban”, dice Ibrahim.

Los robos también son comunes. Halima*, de 60 años, dice que tuvo una experiencia aterradora cuando la llevaron clandestinamente con su familia a través del desierto sudanés antes de llegar a Egipto.

“Fuimos atacados por cuatro hombres armados enmascarados cuando nuestro camión se averió. Dispararon al aire, abofetearon a mi hija y robaron nuestras pertenencias”, dice.

“Tuvo un ataque de pánico y no podía respirar”, comenta Halima, mientras añade que no pudieron conseguirle ayuda médica a tiempo.

camioneta de militares en sudán

Getty Images

La BBC ha visto una copia del certificado de defunción, que cita problemas respiratorios como causa de la muerte.

Además, la BBC se ha puesto en contacto con el gobierno egipcio para preguntarle qué está haciendo para abordar el tráfico ilegal de personas desde Sudán, pero no hemos recibido respuesta.

Las visas

“El consulado sudanés en Asuán está trabajando con el gobierno egipcio para ayudar a acelerar el proceso de visa, ayudar a aumentar el número de solicitudes aprobadas y permitir que más sudaneses entren legalmente al país”, sostuvo el funcionario.

A las mujeres y a los niños se les permitía entrar a Egipto sin visa, pero el gobierno impuso nuevas restricciones después de que estallaron los combates en Sudán.

La demanda en Sudán de una visa egipcia es alta, ya que la gente quiere huir del conflicto.

Pueden solicitar una visa egipcia en dos lugares de Sudán: Wadi Halfa en el norte y Port Sudan en el este.

La mayoría se dirige a Wadi Halfa, ya que está más cerca de Argeen, el principal cruce fronterizo terrestre con Egipto. Pero en Wadi Halfa casi no hay infraestructura.

Desplazados y con poco dinero, muchos esperan en Wadi Halfa para recibir noticias sobre su solicitud, pasando la noche en cualquier lugar, como escuelas cercanas o en las calles.

niños y mujeres refugiados que escaparon de sudán en un camión

Getty Images

Un nuevo intento

Aún decidida a salir de Sudán, Om Salma probó la vía legal en su segundo intento. Viajó a Port Sudan para solicitar una visa en el consulado egipcio.

Pero después de esperar dos meses, desistió y optó nuevamente por la vía ilegal.

Om Salma dice que aprendió la lección de los horrores de su primer intento y se acercó a un contrabandista diferente.

“Esta vez nos preparamos para el viaje”, explica.

“Pasamos unos seis días en el desierto”, dice, antes de cruzar con éxito la frontera hacia el sur de Egipto.

Una vez en Egipto, la difícil situación de los inmigrantes sudaneses no ha terminado. Si no tienen estatus de refugiado o no pueden demostrar que tienen una cita para solicitarlo, pueden ser deportados.

Para concertar una cita se les requiere viajar a El Cairo o Alejandría.

Halima dice que “permaneció de pie en el frío durante horas, sólo para programar una reunión para cuatro meses después”.

“Obtener una tarjeta amarilla, una vez que eres un refugiado registrado en la ONU, te permite conseguir trabajo legalmente y recibir fondos mensuales de la organización”, explica.

Sin esperanzas de volver

Ibtessam fue trasladada clandestinamente desde Sudán a Egipto el pasado verano boreal con tres generaciones de su familia, 17 miembros en total, incluidos sus padres e hijos.

Pero dice que a pesar de tener una tarjeta amarilla, no ha recibido ningún dinero desde que llegó en junio.

La portavoz de Acnur, Christin Bishay, reconoce la frustración y el sufrimiento que sienten los inmigrantes sudaneses en Egipto, pero dice que la organización “enfrenta una escasez de fondos”.

“Hemos ampliado nuestra capacidad en un 900%. Así que tenemos que priorizar y pensar: ‘¿Quién necesita ayuda primero?’”, explica, y añade: “Hemos establecido servicios médicos en la frontera con la ayuda de la Sociedad de la Media Luna Roja de Egipto”.

La vida no es fácil para los inmigrantes sudaneses en Egipto, como Om Salma, que tiene que encontrar un lugar donde vivir con poca ayuda o dinero.

Ella dice que le preocupa el futuro. Lo ideal sería regresar algún día a su país de origen, pero debido al conflicto, teme que eso nunca suceda.

*Los nombres en esta historia han sido cambiados por la seguridad de las fuentes.

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