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viernes, mayo 3, 2024

Los eclipses: mensajes del cielo en la cosmovisión maya

Ciudad de Guatemala, 8 abril (Diestra).- Este lunes 8 de abril Norteamérica será testigo de un eclipse total de sol, mientras que en Guatemala este fenómeno será visible en un 40 por ciento.

Ante el próximo evento astronómico que será percibido en el país, platicamos con varias expertas para abordar las visiones ancestrales de los mayas sobre los fenómenos celestes.

Los mayas consideraban a los eclipses como sucesos de gran significado espiritual, eran interpretados como señales o mensajes de los dioses, a menudo relacionados con presagios o acontecimientos futuros de su comunidad, por lo que les atribuían diferentes significados a los eclipses solares y lunares.

“Para los mayas prehispánicos, la luna no es un cuerpo celeste que vaga sin vida por el universo, sino una mujer, concretamente la vieja diosa de la luna. De ahí que un eclipse solar o lunar no sea otra cosa que una gran desgracia sobrevenida a la Diosa de la Luna o al Dios del Sol”.  Explica Mónica Pellecer, del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH).

Cuando el sol se oscurece en pleno día, hasta el punto en que sobreviene la noche o cuando en una noche de luna llena, de repente aparece un disco negro delante de esta, los mayas no dudan de la inminencia de una gran desgracia. “En consecuencia, todavía hoy los eclipses solares y lunares se viven con angustia y terror”, comenta Pellecer.

“A mí me han enseñado que, ante un eclipse lunar, las mujeres embarazadas deben ponerse una faja roja y un ganchito metálico, pero también me cuenta mi mamá que las abuelas les enseñaron a tocar un sartén o una olla porque con eso ahuyentaban a las cosas negativas. Las abuelas decían que el abuelo Sol se había enojado con la abuela Luna y por eso sucedían los eclipses. En la cosmovisión maya siempre existe la dualidad”, refiere Laura Cotí Lux, viceministra de Patrimonio Cultural y Natural.

Según los mayas, una gran serpiente habitaba el cielo.  “Esta es la epifanía de Itzamná, el dios de los cielos, que era representado como serpiente de forma pictórica o con imágenes en cerámicas, grabados y pinturas. Una serpiente devorando al sol o a la luna representaba a los eclipses, también existen representaciones en donde ambos astros eran devorados al mismo tiempo”, afirma la ministra Liwy Grazioso, arqueóloga de profesión con una amplia experiencia en la investigación de campo, quien también se ha especializado en el estudio de las culturas mayas de las tierras bajas.

“Hay una relación de la cosmovisión maya con los eclipses, eso se puede ver reflejado dentro de una tabla que se encuentra en el Códice de Dresde. Los mayas conocían en qué lugares iban a suceder los eclipses, aunque fueran lugares que ellos no podían llegar a mirar. Hoy, dentro de la cultura maya, los guías espirituales aún hacen ceremonias cuando hay eclipses totales para rescatar la vida de la luna o del sol, pero esto no es común en eclipses parciales como el de ahora”, comenta Juana Laura Tzoc Caniz, jefa interina de Lugares Sagrados del MCD.

Fabiana Cochoy, guía espiritual, explica que durante el eclipse lunar hay una conexión profunda con la energía femenina y, en el solar, con la energía masculina. “Entonces este día es el encuentro de esas dos energías, que nos permitirá a todos observar la parte oscura de nuestra existencia y ponernos en armonía para encontrarnos con la luz de nuevo, limpiar todo lo oscuro para recibir la nueva luz con armonía. Durante estos días de eclipses se hacen ceremonias de mucho respeto, para alimentarnos de ese suceso que surge en el cosmos”, expresa.

La predicción de los eclipses

El Códice de Dresde contiene tablas astronómicas divididas en intervalos de 177 y 148 días, que están asociados con eclipses solares y lunares. Los mayas predecían con suma precisión fenómenos celestes con alto nivel de detalle, podían entender, registrar y, hasta cierto punto, predecir su relación con la astronomía.

El Códice de Dresde cuenta con tablas dedicadas a la predicción de los fenómenos celestes que revelan la fecha de los acontecimientos, conocidos como “semestre”. También identificaron la periodicidad de los eclipses, que se repiten aproximadamente cada 18 años y 11 días, tiempo conocido como el Ciclo de Saros.

La cuenta lunar

Un ciclo basado en la periodicidad lunar fue desarrollado por los mayas antiguos para predecir cuándo ocurrirán los eclipses solares y lunares. Los eclipses pueden producirse cuando los días de luna llena (para eclipses lunares) o los días de luna nueva (para eclipses solares) caen a pocos días de lo que se llama “pasaje nodal lunar”, es decir, el momento en el cual la luna, durante su órbita en torno a la tierra, pasa a través del plano de la eclíptica.

Esos días nodales, que definen los centros de las estaciones de la elipse y durante los cuales pueden ocurrir eclipses solares o lunares, tienen lugar en intervalos promedio de 173.31 días. Este periodo, al que se denomina “medio año de eclipse”, puede conmensurar con bastante precisión al ciclo Tzolkin, de 260 días, porque tres medios años de eclipse (519.93 días) son casi exactamente equivalentes a dos tzolkines (520 días).

Esta relación se aprovechó para elaborar una tabla de predicción de eclipses presente de las páginas 51 a 58 del Códice de Dresde. Ahí se identifican las fechas de luna llena y de luna nueva en las que pueden ocurrir eclipses en cualquier parte del mundo, sean o no visibles en el área maya.

El eclipse de sol

El sol se considera una deidad masculina y se asocia a la guerra, la fuerza y la agricultura. Los eclipses solares eran vistos como presagio aciago, señal de malas noticias, un evento que traería sequía, guerras y muerte.

En idioma yucateco, Chi’ibal k’iin significa “mordedura de sol” y representa la idea de la serpiente devorando a los astros, también se le puede nombrar como Paa’al K’iin, que significa “sol roto”. K’iin significa sol.

Los eclipses lunares

La luna se considera un astro femenino por excelencia, es la diosa Ixchel, está muy ligada a las mujeres, la caza, el hogar, el parto y la reproducción. “Los eclipses lunares eran percibidos como dañinos para las mujeres embarazadas, ya que los niños podían nacer con malformaciones. De ahí surgió la creencia de que las manchas que tenemos en la piel (lunares) son causadas por el efecto de la luna”, refiere Grazioso.

La ciencia ha comprobado que la luna puede generar efectos en las mujeres embarazadas y también determina las mareas. Las mujeres embarazadas son afectadas porque llevan una vida dentro del líquido amniótico y todo líquido está sujeto a las fuerzas de atracción que ejerce la luna. En el idioma maya yucateco, el eclipse de luna es Chi’ibal uj.

“Es por ello que, en la antigüedad y en la actualidad, se procede a sonar caracolas y hacer mucho ruido para evitar dichas desgracias. Los sacerdotes podían predecir los eclipses y de acuerdo con ellos proceder con rezos, ceremonias y actividades que produjeran ruido”, dice Cotí Lux.

En la literatura guatemalteca

Augusto Monterroso, en su cuento El eclipse, aborda con sarcasmo e ironía las desgracias sufridas por un fray español ante el conocimiento profundo de los mayas sobre los eclipses solares y los fenómenos astronómicos.

Métodos de observación

Las observaciones astronómicas se podían realizar desde procesos muy simples, con un palo enterrado en la tierra, hasta con estructuras o monumentos específicos para dichas observaciones, tal como las estructuras de conmemoración astronómica. Una de las más reconocidas se encuentra en el sitio arqueológico de Uaxactún y también en Tak´akik´Ab´aj. Estos complejos son fundamentales para la predicción de época de lluvias y época seca, para saber cuándo cosechar y sembrar. Como su base económica era la agricultura, tener estos conocimientos era fundamental para su forma de vida.

Recomendaciones para ver el eclipse

El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) informó que la luna cubrirá el 50 % del sol a las 12:10 horas durante aproximadamente 4 minutos y 27 segundos. La Coordinadora General para la Reducción de Desastres (CONRED) recomienda no mirar directamente al sol para evitar daños en la visión si no se cuenta con filtros especiales adecuados.

Códice de Dresde, pág. 4. Reprografía: Oliver Santana / Raíces

Fuente: La civilización maya, Roberto J. Sharer.  Los Mayas, Landucci Editores

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