Odessa. – Rusia se aprovecha del enfoque global del conflicto en Medio Oriente para lanzar nuevas ofensivas en Ucrania que podrían escalar con ataques masivos contra infraestructuras y redes eléctricas en las próximas semanas, según anticipan los servicios de Inteligencia ucranianos.

Vladimir Putin cuenta con que el encarnizado combate urbano en Gaza eclipse sus atrocidades en Ucrania y que una “fatiga” manifestándose en las cancillerías de la OTAN con el estancado esfuerzo bélico ucraniano, socave apoyos al gobierno de Volodymir Zelensky, cuyo empeño en recuperar territorio perdido a Rusia ya parece “ilusorio” para algunos de sus propios asesores, según informa la revista Time.

Presiones para una negociación con Rusia ganan peso tal como pronosticó DIARIO LAS AMÉRICAS en anteriores ediciones.

El eje central

El mayor empuje de la ofensiva otoñal rusa lanzada a lo largo del frente de casi 1000 millas está sobre el eje central en la localidad de Avdiivka, próxima a la ciudad ocupada de Donetsk. Su captura otorgaría a Rusia el control casi completo del sistema ferroviario del Donbass, reforzando sus líneas logísticas cuya fragilidad ha sido uno de los mayores problemas en su lucha por dominar el oriente ucraniano donde tiene unas 400.000 tropas desplegadas según el Pentágono.

Rusia ha concentrado unos 40.000 efectivos alrededor de Avdiivka, incluyendo entre 2.000 – 3.000 mercenarios del Grupo Wagner en una maniobra de pinzas para cercar la ciudad. Repite tácticas utilizadas el pasado invierno en su toma de Bajkmut, cuyo asedio duró meses de incesantes asaltos por “olas humanas” lo cual tuvo un costo de unas 50.000 vidas. Rusia ya ha perdido miles de hombres y cientos de carros de combate en dos asaltos masivos sobre Avdiivka y está lanzando una tercera ola, según voceros de defensa.

Zonas industriales

Tropas rusas han logrado penetrar zonas industriales al sur de Avdiivka, según informes del Kremlin que no desmiente el ministerio de Defensa Ucraniano, cuyos defensores siguen resistiendo asaltos desde el norte, dirigidos a cortar sus vías de suministro, según las fuentes. Pero la ciudad donde permanecen más de 1000 civiles está siendo atacada con bombas incendiarias de fósforo lanzadas por cazas Mig y el cuartel de mando ucraniano ha tenido que replegarse. Posiciones de retaguardia ya son alcanzadas por drones rusos Lancet de alta precisión, que han destruido baterías de artillería dando apoyo crucial a defensas de la localidad.

Rusia también ha lanzado ofensivas contra Kupyansk en el punto noreste del frente que fue liberada por fuerzas ucranianas hace un año, y contra varios puntos del “codo” ucraniano conectando posiciones del este con el sur donde fuerzas especiales entrenadas por la OTAN persisten en intentos de penetrar defensas rusas.

Ucrania no ha logrado avanzar más de 17 kilómetros por una saliente atravesando la primera línea de trincheras rusas en Robotyne, abierto por unidades de asalto aéreo en su “contraofensiva” del verano pasado, quedando lejos de alcanzar su objetivo de cortar líneas logísticas entre Rusia y Crimea. Pero unidades de infantería de marina adiestradas por Royal Marines británicos han establecido tres o cuatro cabeceras de la playa en la pantanosa orilla oriental del río Dnipro durante recientes semanas, amenazando el débilmente fortificado flanco suroeste ruso en Kherson.

Retaguardia enemiga

Se duda que puedan desembarcar con suficiente fuerza como para volcar la retaguardia enemiga. Aunque militares ucranianos dicen estar amasando una fuerza de 4.000 hombres sobre el Dnipro, el número de marines en la orilla oriental se estima en cientos de hombres y cruzar el río se complica a medida que Rusia empieza a interceptar embarcaciones y bombardear sus posiciones. Pero el alto mando ruso se está viendo forzado a desviar tropas y recursos de otras zonas del frente para contener los avances tierra adentro por los marines que alcanzan hasta 8 kilómetros en algunas zonas, según la portavoz del Comando Sur del ejército ucraniano, Natalia Goumeniouk.

Lo que más preocupa al alto mando en Kyiv es el almacenamiento de unos 800 misiles rusos en la península de Crimea para anticipados bombardeos contra la infraestructura energética este invierno, según informes del Comando Sur de Ucrania.

“Sabemos que el enemigo tiene un poderoso centro de recursos militares desplegados en la península de Crimea” dice Humenyuk. “Misiles tipo Kalibr están concentrados ahí como también tipo Onyx que también son lanzados de la península de Crimea, el enemigo está acumulando potencial – es obvio».

Los misiles hipersónicos capaces de evadir la detección de radares convencionales son difícilmente interceptados. Sistemas sofisticados como los SAM Patriot norteamericanos solo protegen Kiev. Otras ciudades como el estratégico puerto de Odesa están altamente expuestas a los Onyx y Kalibr que han destruido gran parte de su infraestructura portuaria en recientes semanas, con serios daños a un carguero que entraba al puerto la semana pasada.

El invierno

Según el servicio de Inteligencia militar ucraniano (GUR), Rusia espera a que temperaturas invernales bajen de cero grados para desatar una “nueva campaña de bombardeos masivos” contra la red eléctrica. El pasado invierno, ataques rusos con drones Shahed suministrados por Irán dejaron a casi 2 millones de ucranianos en la oscuridad. Este año, Rusia cuenta con mayores cantidades de misiles y drones kamikaze que su industria militar produce en creciente volumen.

Aunque ucrania está desarrollando su propia industria militar con contratistas de defensa norteamericanos, británicos y alemanes, como Boeing, BAE Systems y ArcelorMittal, su capacidad apenas de asoma a la de Rusia, la cual crece, particularmente en al sector aeroespacial, a pesar de sanciones occidentales. El Kremlin ha anunciado un incremento de 68% en gasto militar para el próximo año.

Ayuda de EEUU

EEUU está respondiendo con un nuevo paquete de $106 billones en ayuda militar a Ucrania que la administración Bien está negociando con el Congreso. La mayor parte sería para armas defensivas que solo EEUU puede suministrar como sistemas Patriot y NASAMS, esenciales para resistir la anticipada embestida rusa. El Pentágono dice estar “racionando” lo poco que queda presupuestado.

Los republicanos que están en control del Congreso ven la apuesta por Ucrania con creciente escepticismo y condicionan su aprobación de más ayuda a concesiones que Biden se resiste a dar en asuntos considerados prioritarios por conservadores como la seguridad fronteriza de EEUU. “Si nos vamos a preocupar de las fronteras de Ucrania deberíamos también fortalecer las nuestras”, apunta el recién elegido speaker de la Cámara de representantes, Tom Johnson.

Las riñas políticas en EEUU sobre Ucrania palidecen en comparación a las de Europa. La primera ministra de Italia Giorgia Meloni ha dicho que hay “mucha fatiga”con la guerra y “muchos quieren encontrar una salida”. Los gobiernos de Hungría y Slovakia se oponen abiertamente al envío de armas y Francia dice que ya no dará más gratis. Alemania no ve posible producir el millón de proyectiles de artillería 155 mm pedidos por Ucrania en contrapeso a la cantidad suministradas a Rusia por Korea del Norte. Algunos funcionarios de OTAN ya hablan públicamente de pactar una partición de Ucrania con Moscú.

Dinamarca y Holanda, por su parte, empiezan a transferir cazas F-16 a Kyiv tal como se acordó con EEUU el pasado junio. Algunos de los 42 cazas prometidos ya están en Rumania donde pilotos de combate ucranianos finalizan entrenamientos en su manejo. Se espera que las amplias capacidades del F-16 para alcanzar objetivos “sobre el horizonte” en un radio de 1.000 millas sean decisivos en contrarrestar la superioridad aérea rusa e interceptar misiles y drones rusos.

Un coronel retirado ucraniano quien sirvió de enlace con el estado mayor de la OTAN solo lamenta que no hubiesen llegado antes, “para prestar la tan necesitada cobertura aérea a los miles de soldados ucranianos que perdieron la vida intentando franquear el entramado defensivo ruso”, durante la contraofensiva del verano.

La falta de efectivos se ha convertido en otro problema para al ejército ucraniano que está recurriendo a reclutamientos forzosos de hasta ancianos y mujeres para llenar sus filas. Soldados en el frente dijeron a DIARIO LAS AMÉRICAS que muchos nuevos reclutas llegan con «cero» entrenamiento.