El Congreso aprobó una legislación que le impediría a cualquier presidente estadounidense retirar al país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sin la aprobación del Senado o de una ley del Congreso.
Dicha medida se incluyó en la Ley anual de Autorización de Defensa Nacional, la cual ya fue aprobada por la Cámara, y ahora sólo aguarda para ser firmada por el presidente Joe Biden.
Sin embargo, un amplio sector de simpatizantes del magnate neoyorquino considera que, en su momento, el posicionamiento de Trump al presionar a los miembros de la OTAN logró que sus países miembros aumentarán el presupuesto que le destinan a los gastos de operación de la organización y ello de alguna manera le aligeró la carga a Estados Unidos.
Por su parte, los detractores del republicano de 77 años argumentan que si Estados Unidos saliera de la OTAN debilitaría al resto de sus países miembros, lo cual representa un riesgo para la seguridad mundial ante la amenaza permanente de otras naciones hostiles.
Una vez lograda la aprobación de la legislación que prácticamente ata de manos a cualquier presidente con intenciones de abandonar la OTAN, los senadores Tim Kaine, republicano por Virginia; y Marco Rubio, demócrata por Florida —quienes asumieron el liderazgo de impulsarla —, elogiaron el esfuerzo del resto de sus compañeros por respaldar la ley.
“La legislación reafirma el apoyo de Estados Unidos a esta alianza crucial que es fundamental para nuestra seguridad nacional. También envía un fuerte mensaje a los autoritarios de todo el mundo de que el mundo libre permanece unido”, declaró Kaine.
Por su parte, Rubio emitió un escueto comunicado reiterando que la legislación propuesta se planteó en beneficio de la seguridad de la nación.
“Debemos asegurarnos de que protegemos nuestros intereses nacionales y la seguridad de nuestros aliados democráticos”, indicó.
