La Opinión
Mientras que Joaquín “El Chapo” Guzmán pasará el resto de sus días en una prisión de Estados Unidos, la situación es diferente para su esposa, Emma Coronel, quien recientemente fue sacada de la cárcel federal de mínima seguridad FMC Carswell en Forth Worth, Texas.
Sin embargo, la pareja del exlíder del Cártel de Sinaloa aún no cumple el resto de su condena, por lo que se planteó la posibilidad de trasladarla a una casa de transición para reos en California, o a un domicilio particular en Los Ángeles para permanecer bajo arresto domiciliario y así cumplir las últimas semanas de su sentencia.
Así lo informó el vocero de la FMC Carswell, Donald Murphy, quien señaló que Coronel fue reubicada el pasado 30 de mayo a confinamiento supervisado por la Oficina de Administración de Residencias de Reingreso (RRM) en Long Beach, según reveló Univision Noticias.
Al ser cuestionado por dicho medio sobre cuál de las dos posibilidades habría elegido Emma Coronel, el funcionario no especificó la salida que prefirió, argumentando cuestiones de privacidad, pero adelantó que tras cumplir con ese proceso podrá obtener su libertad el próximo 13 de septiembre, como lo anunció en febrero el Buró Federal de Prisiones (BOP) después de que el gobierno de EE.UU. redujera su condena de 36 a 31 meses.
Cabe señalar que la última pareja de Guzmán Loera fue sentenciada en 2021 por participar en actividades de narcotráfico y lavado de dinero, tras declararse culpable de ayudar a su esposo a traficar droga vía la frontera entre México y Estados Unidos, y a fugarse en 2015 del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.
Aunque en septiembre culmina su sentencia, durante los cuatro años posteriores a su liberación deberá cumplir diversas reglas, como reportarse ante las autoridades y el oficial que le sea asignado; buscar un empleo que la mantenga ocupada al menos 30 horas a la semana; y si quiere cambiar de trabajo, deberá notificarlo a su oficial. Además, tendrá prohibido comunicarse con personas involucradas en actividades criminales.
Como parte de su proceso de “reinserción social” estipulado en el programa de casas intermedias o de transición, a partir de hoy tendrá derecho a salir a trabajar, tomar clases, acudir a rehabilitación o terapia e incluso retomar sus redes sociales.
