MIAMI– El espionaje de China contra Estados Unidos desde Cuba subió de tono después de que The Wall Street Journal (WSJ) publicó el jueves 8 de junio un artículo sobre un supuesto acuerdo entre La Habana y Pekín para construir una base militar de inteligencia para tener en un radar más cercano a Washington.
Menos de 48 horas después, el régimen cubano preparó una respuesta a través de un mensaje por Twitter del viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, quien refutó el artículo del WSJ.
El vocero de la dictadura cubana dijo que «continúa la campaña de difamación impulsada por ciertos medios para causar daño y alarma sin respaldar con datos o pruebas».
Por su parte, una fuente de la inteligencia de EEUU indicó que el espionaje chino desde Cuba ha sido “continuo” y “no un hecho nuevo”.
Diversos legisladores en el Congreso se han pronunciado contra la pasividad de la actual administración respecto a China y han exigido una mayor preocupación y atención sobre el asunto, cuando el expresidente Donald Trump enfrentó desde el primer momento de su mandato y con severidad las acciones chinas contra EEUU y su expansión por todo el mundo.
Biden ha mantenido la mayor parte de las medidas asumidas por Trump, pero tratando de evitar en todo momento un enfrentamiento directo contra el régimen chino, a la vez que facilita sus acciones sin consecuencias drásticas.
La más reciente provocación de China
El multipremiado Doctor en Economía, empresario y consultor, Rafael Marrero, es un experto en el tema de China y ofreció declaraciones exclusivas a Diario las Américas este lunes.
Marrero es el autor del Bestseller de Amazon América 2.0: la guerra de independencia de EE. UU. contra China y presentador del podcast “La amenaza china”, rankeado en países de cuatro continentes, según Apple Podcasts.
«Este nuevo acto de agresión y espionaje chino contra Estados Unidos desde Cuba es el resultado de varios factores: en primer lugar, la débil Administración Biden y su énfasis en temas no centrales a la misión crítica de las Fuerzas Armadas en EEUU (como cambiarles el nombre a las bases militares e imponer la teoría crítica de la raza y la identidad de género, entre otros asuntos de corte abiertamente marxistas)».
«China es una potencia en ascenso, que desea desbancar a nuestro país como principal potencia global en esta década; en tercer lugar, su gran presencia económica, social y militar en el mundo y en América Latina, en particular, como parte de sus proyectos hegemónicos impulsados por el desarrollo de su Marina de Guerra (Marina que potencia su apresto operativo a nivel militar e industrial mediante el uso de la inteligencia artificial, la inteligencia de señales y la política expansionista de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, considerada la nueva ruta de la seda y el eje del plan quinquenal del Partido Comunista Chino)».
«En cuarto lugar, la actual política exterior de EEUU que definitivamente debe reorientarse en todos los sentidos para frenar el avance del social-imperialismo chino. Es hora de invocar la Doctrina Monroe y priorizar los intereses estadounidenses dentro y fuera de nuestras fronteras».
«Este es el tercer y más reciente acto de provocación por parte del régimen chino al poderío militar de EEUU en las últimas dos semanas».
«Los chinos comunistas nos están comunicando que pueden vencernos por aire, mar, tierra, protocolo de Internet y frecuencia de radio«. Han vulnerado nuestro espacio aéreo con globos espías en meses recientes, sin respuesta de la presente Administración. Ya han interceptado a nuestros aviones caza y a nuestros buques de guerra en el estrecho entre China y Taiwán. Ahora se sabe de esta base de espionaje electrónico en Cuba».
«En mi opinión, el mensaje es muy claro: EEUU se ha convertido el denominado “tigre de papel”, como vaticinó Mao Tse Tung, y si no actuamos de manera rápida y contundente, nos pueden vencer. Creo que los chinos usarán a Cuba como ficha de negociación con EEUU, como mismo hizo la exUnión Soviética durante la crisis de los misiles. Básicamente, desean incluir a Cuba en medio del conflicto por Taiwán.
«Recordemos las sabias palabras del Almirante Chester W. Nimitz cuando dijo: “Es función de la Armada llevar la guerra al enemigo para que no se pelee en suelo estadounidense”.
«China incrementa sus acciones belicistas y provocadoras. Han traído su guerra contra EEUU al estrecho de la Florida, a la isla de Cuba. Han traído la situación del Indo-Pacífico al Caribe y al Atlántico».
«Y definitivamente, con esta audaz movida geoestratégica y militar, el Partido Comunista de China y su Ejército rojo han puesto en jaque a Washington respecto a sus intereses político-militares sobre Taiwán en el hemisferio occidental», recalcó Marrero.
El perseverante espionaje de Pekín
Según un alto funcionario del gobierno de EEUU, China tiene una base espía activa en Cuba desde al menos 2018 como parte de las acciones del régimen asiático de mejorar su capacidad de recopilación de inteligencia a nivel global.
Los servicios de inteligencia de EEUU, indica la fuente anónima, está al tanto desde hace mucho tiempo del espionaje que China realiza desde Cuba y de los intentos de Pekín de establecer centros de compilación de inteligencia en todo el planeta.
Sin embargo, la pasividad de la Casa Blanca se hace cada vez más evidente con numerosos llamados a dialogar, demostrando una política flexible y permisible frente a la agrevidad del régimen comunista asiático, que desde el primer momento percibió la debilidad y la falta de liderazgo actualmente en Washington bajo una agenda de extrema izquierda. Una coyuntura que aprovecha al máximo China, después de que durante cuatro años la administración Trump la mantuvo a raya y con mano dura.
La desesperación financiera en la que se halla el régimen de Cuba por obtener liquidez se encuentra entre las motivaciones para firmar un presunto acuerdo entre Pekín y La Habana sobre una base de espionaje.
La recesión crónica que atraviesa la Isla ha empeorado aún más la vida de los cubanos, ya de por sí destrozada durante décadas y con niveles históricos récord de migración hacia EEUU principalmente, muy por encima del Mariel en la década de 1980 y en el otro éxodo posterior en 1994.
Según fuentes estadounidenses de inteligencia, citadas de forma anónima por la cadena CNN, China ha espiado durante años a EEUU desde varios sitios en Cuba, después de que la Casa Blanca negara los informes a principios de esta semana repecto a la construcción de una nueva instalación de inteligencia de señales en la isla.
Cuba acordó permitir a China construir una nueva instalación de espionaje en la isla que podría permitir a los chinos espiar las comunicaciones electrónicas en todo el sureste de EE.UU.
Según una de las fuentes familiarizadas con la información, se trata de un acuerdo de principio y se cree que la instalación no se ha construido.
El secretario de Estado, Antony Blinken, tiene previsto viajar a China la próxima semana.
Esta visita iba a efectuarse antes, pero fue cancelada cuando un globo espía chino sobrevoló casi todo el país y fue derribado ya a su salida en las costas de Carolina del Sur.
Blinken tiene previsto estar el 18 de junio en Pekín para reunirse con funcionarios chinos.
Por su parte, Cuba aprovecha la amenaza de China como fuente de peligro y chantaje para inmediatas negociaciones con la administración Biden en busca de mayores concesiones. Una vieja estrategia utilizada por Fidel Castro desde la época de la llamada «Crisis de los Misiles» en octubre de 1962, bajo el mando de la exUnión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
FUENTE: Con información de AFP, AP y otras fuentes
