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sábado, mayo 18, 2024

Mi Cielito, la primera gasolinera establecida en Guatemala en 1923

Ciudad de Guatemala, mayo (Diestra). Con información de www.autosiebold.com/nosotros

Sin duda, un visionario. LLegó desde Milwaukee, Wisconsin (EEUU) para establecer en Guatemala su primer expendio de gasolina. Lo llamó «Mi Cielito» porque lo instaló  al pie de las faldas de un cerro que tenía ese nombre por la 18 calle y 7a avenida de la zona 1 de la capital guatemalteca.

Era 1923 cuando Walter Frank Siebold, más conocido como Don Francisco, estableció el primer estanco expendedor de gasolina.  Ofreció el combustible a un pequeño grupo de personas que por entonces tenían vehículo.

Según la historia, por aquella época solo habían unos 280 vehículos en Ciudad de Guatemala.  Ahora circulan más de dos millones y el tráfico, sobre todo en las horas pico, se vuelve un calvario por los habitantes de diferentes zonas.

Los guatemaltecos obtenían la gasolina en latas que los mismos dueños de vehículos importaban, por lo que Don Francisco se las ingenió para ofrecer el combustible con alfo fuera de lo común para atraer clientes a su recién instalado negocio, porque era el primero en el país centroamericano.

Además, ofrecía el servicio gratis de aire y agua y dar un sermón a los visitantes para convencerlos de que no se preocuparan por la importación y almacenamiento de gasolina, porque él ya la tenía.

De madera y un bombillo

La caseta de madera que construyó Don Francisco para la venta del combustible tenía un bombillo en el frente y a esta le añadió un cuarto no solo para vivir, sino también para ofrecer el servicio nocturno de gasolina a algún cliente. Una novedad en Centroamérica.

Este pionero y visionario estadounidense fue creciendo en su negocio, al que en 1925 le dio una nueva apariencia, más espacio para guardar una mayor existencia de productos de petróleo y comenzó a ofrecer neumáticos de diferentes marcas a su inventario.

Su siguiente paso fue adquirir un terreno para construir una estación de servicio más grande, la cual ofreció en 1930 la primera rampa de engrase para lubricar carros en Guatemala.

Conforme el tiempo, el emprendimiento de Walter Frank Siebold, se fue expandiendo con la creación de otras estaciones de servicio en diferentes puntos del país centroamericano debido al crecimiento exponencial de la compra y circulación de vehículos porque era más fácil comprar la gasolina.

Desde la década de los cincuenta, el negocio de Don Francisco cobró más auge al ofrecer también servicios mecánicos y repuestos.

Entre 1960-1970, Walter John Siebold, su hijo, tomó el mando de la empresa y la eleva a otro nivel, introduciendo una gran variedad de repuestos de excelente calidad que se importaban de varios países.

En 1986, cuando Guatemala volvía a una nueva era democrática luego de varios regímenes militares, falleció Don Francisco y dejó a sus hijos Walter y Herberth un ejemplo digno de imitar. Un trabajo honesto, transparente y visionario.

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