Preguntas sin respuestas, cuestionamientos, análisis y acciones de gobiernos en diferentes países marcan un siglo donde el rol humano está en peligro, mediante la intención de los propios humanos de querer transformar la vida natural y orgánica con la artificial.El “saludable” propósito o pretexto es que lo inimaginable para el Hombre se haga realidad por su propio bien, desarrollo y beneficio. Sin embargo, detrás de esas “sanas intenciones” se esconden otras no tan diáfanas ni aceptables.

Geoffrey Hinton, reconocido como el “padrino” de la Inteligencia Artificial, renunció a la vicepresidencia de Google tras una década de trabajo en la compañía.

Seria alerta

Horas después de su renuncia, Hinton alertó sobre los graves peligros de la tecnología que ayudó a desarrollar en medio de una férrea competencia entre Google y los otros gigantes de la industria por aplicar productos basados en la AI, luego de la irrupción de ChatGPT y Dall-E de OpenAI, respaldada por Microsoft.

“Los peligros se comenzarán a ver muy pronto”, advirtió en una entrevista a The New York Times. “La internet se llenará de contenido falso y las personas promedio no podrán distinguir qué es real o no”.

Hinton también se refirió al impacto de millones de empleos a un ritmo difícil de pronosticar, junto a la posibilidad de que el desarrollo de la tecnología se convierta en una carrera armamentista que extermine la vida humana.

Lo que veíamos demasiado lejos en películas de ciencia ficción, ya está aquí. “Yo pensaba que faltaba mucho para eso, unos 30 o 50 años, o tal vez más. Obviamente, ya no lo creo”, confesó.

En la última década el desenfreno del régimen comunista de China por dominar el mundo se ha incrementado y desde el 2017 la nación asiática posee un programa estrictamente calculado para avanzar en la Inteligencia Artificial.

Un informe en 2021 de la Universidad de Stanford aseguró que China sobrepasó a Estados Unidos en esta rama de la ciencia.

En el 2020, casi el 21% de las citas académicas sobre Inteligencia Artificial fueron sobre investigaciones chinas. Los científicos estadounidenses registraron un 19,8%

La diferencia aumenta al analizar el número de estudios publicados en diarios científicos.

Clarivate, el centro de estudios británico informó que China ha publicado 240.000 trabajos de investigación desde 2012 hasta la actualidad, mientras que EEUU ha presentado 150.000. Según esa organización, los proyectos chinos son excelentes en una amplia diversidad de campos, entre ellos los sectores militar, marítimo, de comunicaciones, aéreo y espacial.

En estos momentos EEUU necesita a Japón y Corea del Sur para contrarrestar el poder de la AI china, pero el peligro mayor de esta tecnología es que su aplicación no tiene límites, y es apenas el principio.

La administración de Donald Trump comenzó a limitar el acceso directo a la tecnología estadounidense durante su mandato, algo que el gobierno de Joe Biden puso en práctica después de sus dos primeros años en la Casa Blanca.

Historia y alarma

Como investigación, la Inteligencia Artificial existe desde la década de 1950, cuando Alan Turing, un matemático inglés, ideó la prueba de Turing para determinar si una máquina podía pensar.

El punto de despegue se estima en 1956 con la convención del Dartmouth College, New Hampshire, cuando la AI fue catalogada como un campo formal de investigación.

Pensadores como Marvin Minsky la impulsaron. Minsky, cofundador del laboratorio de AI del Instituto Tecnológico de Massachusetts, diseñó algunos de los primeros escáneres visuales, manos mecánicas con sensores táctiles, las primeras «tortugas» de LOGO, un método para crear imágenes gráficas en programación, y sus interfaces de software y hardware.

«Una vez que tengamos máquinas que tengan como objetivo la autopreservación, tendremos un grave problema», dijo el académico especialista en AI, Yoshua Bengio, durante una conferencia internacional.

Los potentes modelos de lenguaje como GPT-3, utilizado para crear ChatGPT, son extremadamente factibles para inventar, por ejemplo, nuevos agentes químicos altamente nocivos.

Un grupo de científicos, que utilizó AI para ayudar a descubrir medicamentos, realizó un experimento en el que ajustaron su AI para inventar moléculas dañinas.

En menos de 6 horas consiguieron generar 40.000 agentes potencialmente venenosos, según la revista Nature Machine Intelligence.

La experta en Inteligencia Artificial Joanna Bryson, de la Hertie School, en Berlín, explicó que es muy posible que alguien descubra una forma de propagar un veneno como el ántrax de manera mucho más rápida y masivamente mortal.

La incidencia de la Inteligencia Artificial causaría también una fuerte ruptura en áreas como la creatividad, el aprendizaje y la educación, el trabajo, la seguridad digital y los sistemas de democracia, como explican expertos.

El avance de la tecnología ha causado ya el facilismo dañino en la comunicación, la interrelación social o la enseñanza pormenorizada de los valores humanos, las particularidades dentro de la familia tradicional, la personalidad individual y la conducta.

El desarrollo artificial frenaría aún más los vínculos humanos y la formación de sentimientos entre personas, respecto al mundo animal, sus creencias, tradiciones, cultura y al servicio común de la humanidad.

Las denuncias y las preocupaciones

Decenas de personalidades, congresistas, empresarios y artistas en todo el mundo se han pronunciado contra las consecuencias en la vida cultural y en las formas éticas de propagar el arte como creación humana y no artificial; o con la ayuda del 90% de elementos fabricados por robots o máquinas.

Un choque trascendental será en el mercado laboral, porque las empresas, en busca de mayores ahorros para obtener más ganancias, eliminarían cientos de millones de puestos de trabajo en todo el mundo.

Estados Unidos, China, India, Israel y Alemania se ubican como los países con la mayor penetración de habilidades de Inteligencia Artificial entre su fuerza laboral.

Los investigadores predicen que la AI tiene aplicaciones en casi todos los sectores, desde la construcción, los servicios y sistemas financieros hasta la industria del ocio, el turismo, la agricultura y muchos otros. Pero todo se traduce en menos empleos y opciones para las personas.

De no atajarse a tiempo, el mundo se encamina a alta velocidad hacia una forma de vida totalmente contraria a lo convencional, algo que la mayoría en el planeta no está dispuesta a acatar, a pesar del bombardeo mediático financiado por grandes empresas y élites globalistas.

Hinton, que ha pasado su carrera construyendo máquinas que se asemejan al cerebro humano, habla de «superinteligencias» que superarán a los humanos.

En una entrevista concedida a la cadena estadounidense PBS, dijo que era posible que «la humanidad sea sólo una fase pasajera en la evolución de la inteligencia».

Grandes empresas

En su carta anual a accionistas, el director general de Amazon, Andy Jassy, detalló medidas que la empresa ha tomado para disminuir sus gastos, como la cancelación de su servicio médico Amazon Care y el cierre de tiendas en Estados Unidos. Además, la empresa eliminó más de 27.000 puestos de trabajo, en la mayor ola de despidos de su historia.

La compañía con sede en Seattle continuará sus inversiones en “chips” especializados usados en el aprendizaje de máquinas, en la publicidad y en herramientas de AI.

“Digamos simplemente que el LLM y la inteligencia artificial serán algo muy importante para nuestros clientes, nuestros accionistas, y Amazon”, escribió Jassy, usando las siglas en inglés LLM para Modelos Grandes de Idioma (Large Language Models), capaz de emular la inteligencia humana.

Amazon es apenas un ejemplo de grandes empresas en pugna por el auge artificial. Al mismo tiempo, el freno llega por diferentes lugares.

En Ginebra, la ONU reunió más de 3.000 expertos, dirigentes y representantes de empresas para discutir sobre la necesidad de reglas que garanticen que la Inteligencia Artificial sea utilizada para fines positivos para la humanidad. Sin embargo, la experiencia a lo largo de la historia universal ha dictado líneas diferentes; y lo que surge como una idea extremadamente optimista por sus ventajas, otros la emplean en fines macabros e insospechados.

Sin reglas ni límites legales, la AI puede hacernos vivir una verdadera pesadilla, según el experto Bogdan Martin, quien describe un mundo con millones de empleos en peligro y un auge de la desinformación, «conflictos sociales, inestabilidad geopolítica y disparidades económicas de una magnitud nunca vista».

“Muchas de las preguntas que tenemos sobre la AI no tienen aún respuesta. ¿Hay que hacer una pausa sobre las experiencias más poderosas? ¿Controlaremos la AI más de lo que pudiera controlarnos a nosotros?”, se cuestionó.

En ese mismo encuentro los especialistas pronosticaron la peor guerra por los semiconductores de alta tecnología.

Las acciones de Nvidia, la empresa líder en diseño de “chips”, aumentaron casi 25% en un día, cuando la empresa pronosticó un enorme salto en sus ingresos que reflejan un alza en la venta de estos productos.

Uno de ellos, la GPU H100, comprende 80.000 millones de transistores, unos 13 millones más que el procesador de Apple para su laptop MacBook Pro. Como era de esperar, esta tecnología no es barata: un minorista en línea vende la H100 a 30.000 dólares.

Y ni la propia Nvidia fabrica este tipo de “chips” muy complejos y prefiere confiar en fabricantes asiáticos como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. o la surcoreana Samsung Electronics.

“Tampoco existe un acuerdo general sobre la definición de los chips de AI”, explica Hannah Dohmen, analista del Center for Security and Emerging Technology (Centro de seguridad y tecnología emergente).

Las respuestas

La Unión Europea (UE) y Google buscan definir normas voluntarias sobre Inteligencia Artificial (AI) antes de la entrada en vigor de una legislación específica, al tiempo que los legisladores estadounidenses de manera bipartidista avanzan en un Proyecto de Ley con el objetivo de reglamentar e introducir un amplio marco jurídico y de supervisión sobre el desarrollo de la Inteligencia Artificial.

El texto del Parlamento Europeo incluye la prohibición de sistemas de AI de vigilancia biométrica, reconocimiento de emociones y vigilancia predictiva.

También busca colocar los sistemas de AI generativa -como ChatGPT y Midjourney- en una categoría con medidas especiales de transparencia.

Europa y EEUU acordaron fomentar de manera conjunta un tope legal general, pero el camino se hace bastante escabroso para lo que prevén los analistas en un mundo que persigue el auge tecnológico, pero que por otra parte también ha visto la imperiosa necesidad de salvar la condición humana.

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